Estudios de la Unión Europea determinaron que los conductores con enfermedades cardiovasculares tienen un 23 % más de posibilidades de verse implicados en un accidente de tránsito. Teniendo en cuenta que el 23 % de la población europea tendrá 65 años o más en 2025, y que esta cifra llegará al 30 % en 2050, es evidente que el número de conductores con riesgo de sufrir ataques cardíacos aumentará en las próximas décadas.
Por eso, los ingenieros del Centro de Investigación Europeo de Ford en Aachen, Alemania, en colaboración con la Universidad Técnica de Renania-Westfalia, desarrollaron una butaca para el conductor que utiliza tecnología electrocardiográfica (ECG), monitorea los impulsos eléctricos generados por el corazón y los analiza con un software médico para detectar signos de irregularidad.