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Los tres “monstruos” hebreos mitológicos ¿encargados de cuidar el planeta?

Leviatán, Behemot y Ziz, las tres principales bestias mitológicas que aparecen en la Biblia, tuvieron distintas interpretaciones a lo largo de los siglos. Ahora, en estos tiempos de cambio climático y contaminación, se los podría apreciar como guardianes de la naturaleza y del medio ambiente.

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«Monstruos» hebreos mitológicos | CEDOC

En la Edad Media en Europa, cuando las personas -fueran judías, musulmanas o cristianas– tenían otra mirada del mundo y la naturaleza, una serie de “monstruos” hebreos resurgieron para conformar una especie de “liga de defensores” del planeta.

Se trata de los tres grandes seres gigantescos de la mitología judía: Leviatán, que controlaba los mares, Ziz, el pájaro enorme que supervisaba los cielos, y Behemot, la bestia terrestre mencionada en el Tanaj, en el Libro de Job. También Leviatán aparece en el texto dedicado al gran profeta de las religiones abrahámicas. Esta gran bestia marina representó muchas veces, a lo largo de los siglos, una figura ambivalente y hasta desafiante de Dios.Sin embargo, los judíos de la Edad Media, se “reconciliaron” con Leviatán “e hicieron de la bestia uno de los tres monstruos guardianes que presidían el orden mundial”, según la describe un artículo del blog de los investigadores de la Biblioteca Nacional de Israel (BNI).El monstruo pasó de ser “una especie de poderosa serpiente marina o cocodrilo gigante”, o hasta un terrible dragón, a un “pez de proporciones gigantescas que asegura que ninguno de los otros peces en el mar alcance y destruya a sus hermanos”, añade el artículo.De hecho, en hebreo moderno, recuerda la nota del investigador Chen Malul, la palabra leviatán significa “ballena”. (Y es además el nombre que se le aplicó a uno de los grandes yacimientos de gas natural hallados en las aguas territoriales israelíes en el Mediterráneo en los últimos años).El segundo monstruo-bestia gobierna sobre las criaturas del aire, los pájaros, pero “para complicar un poco las cosas”, bromea el experto de la BNI, tiene dos nombres: Ziz y Bar Yojnei.

Un pájaro milagroso

“Aunque no está claro quién o qué es el Ziz mencionado en el texto bíblico hebreo, los sabios judíos entendieron este misterioso nombre como perteneciente a un pájaro milagroso que era tan grande que su envergadura podía tapar el sol”, señala Malul.El tercero de los monstruos hebreos gobierna sobre las criaturas de la tierra. En las escrituras judías se le llama Behemoth y se le describe como un toro gigantesco.Al final del libro bíblico dedicado al profeta, “Dios se le aparece a Job para finalmente poner fin a sus muchas preguntas sobre la fe”, explica el rabino Dovid Rosenfeld.

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Le “describe su gran poder y control del universo, ayudando a Job a comprender que el hombre, con su perspectiva y comprensión limitadas, nunca puede cuestionar los caminos” diseñados por Dios, continua.Una de las imágenes que le presenta a Job es la del Behemot, “un animal enorme y enormemente fuerte que solo Dios puede controlar, simplemente mirándolo”.

Rosenfeld recuerda que el Midrash habla de “una colosal batalla entre Behemot y Leviatán al final de los días”, en la que se matarán entre sí en preparación para el “banquete” final.

Otro significado para los monstruos

“No hace falta decir que estas descripciones fantásticas aluden a algo mucho más grande que un simple banquete físico”, dice el rabino“. Algunos -concluye- explican que la carne de estos animales representa el alimento espiritual que los justos consumirán al Final de los Días, y que nutrirá sus cuerpos para vivir eternamente con sus almas”.Malul, por su parte, opina que “el significado” de los tres monstruos hebreos “suena extraño a nuestros oídos modernos”, aunque “tal vez todavía haya algo que aprender de ellos con respecto al equilibrio de la naturaleza”.“Al fin y al cabo, los expertos llevan décadas advirtiéndonos del dominio excesivo de un animal en particular, el humano, que desde hace ya bastante tiempo está causando estragos en todo el ecosistema: en la tierra, en el aire y en el mar”, completa el artículo de la BNI.

 

Publicado originalmente en Israel Económico.