La música popular en Argentina era decididamente otra cosa a finales de los años ‘60, cuando cualquier éxito despachaba toneladas de simples y traccionaba la venta de los vinilos LP que incluían ese sencillo. Entre ellos está, por supuesto, “Fuiste mía un verano”, de Leonardo Favio, el simple que grabó para CBS después de haber fracasado en su primer intento con “Quiero mi libertad”.
“Fuiste mía un verano” tuvo, además, el efecto de convertir a Favio en un artista masivo, sacarlo del mundo más “serio” del cine y depositarlo en el volcán del star-system de la época. Y generó también algunas divertidas historias.
En el número cinco de la revista Artiempo, de marzo de 1969, un recuadro en un artículo sobre el negocio de la música en Argentina en esos tiempos, firmado por Alberto González, destripaba levemente los asuntos de Favio y de su entonces esposa, la actriz María Vaner. En la publicación, que era dirigida por Osiris Chierico, se leía que, al cierre de esa edición, el disco simple lanzado por Favio en diciembre de 1968 había vendido ya 500.000 ejemplares, y el LP con la canción unos 120.000.
Citado en el recuadro, el entonces gerente artístico de CBS, John Lear, contaba que descubrieron la veta musical del director (que para ese momento ya había creado, por ejemplo, la “Crónica de un niño solo”) cuando “el gerente comercial vio y escuchó a Favio en un reportaje televisivo”, según casi todas las versiones La Botica del Ángel, de Eduardo Bergara Leumann.
“Entonces me aconsejó que lo escuchara -siguió Lear-. Lo llamé por teléfono, llegó con su guitarra, cantó y enseguida lo contraté, era enero de 1968”.
Un poco antes de la nota de Artiempo, un artículo de Primera Plana de diciembre de 1968 compartía declaraciones de Jacko Zeller, el productor musical que siempre aseguró haber sido uno de los cerebros detrás de “Fuiste mía un verano”. Después del terremoto comercial que provocó la canción, “Zeller dejó Columbia, tentado por una oferta de Julio Korn y viajó a USA -repasaba Primera Plana-. A su vuelta, la erosionada relación con Favio —’negaba descaradamente mi activa participación en su obra, no vaciló en difamarme con la gente de Columbia’— culminó en mutuos agravios”.
Según la revista, “este resentimiento profesional y privado” fue lo que “precipitó” una especie de “venganza musical” de Zeller: el impulso a una carrera como cantante de María Vaner, cuyo matrimonio con Favio ya estaba tambaleando seriamente.
Fue, “una búsqueda que alumbró” el primer disco de la actriz, el sencillo de “Tu risa al viento”. En la entrevista, aunque con “ciertas reticencias”, Zeller no dudó en “reconocer dos incentivos para la aventura: ‘El público sigue, paso a paso, el supuesto enfrentamiento del disuelto matrimonio’, y Favio comprenderá que ‘no se puede utilizar a la gente’”.
Divertidamente, también Artiempo se entretuvo con el sencillo de Vaner. “Tu risa al viento”, destacó la revista de Chierico, “apenas ha vendido 50.000 discos” (¡apenas 50.000!), una cifra que, “de todas maneras, se considera un éxito”.
Un ejecutivo de la RCA, también citado en el jugoso recuadro, aunque sin encomillados, confesó que “María-Vaner-cantante fue creada por la oficina de promoción de la Víctor”, a instancias de un productor, “tratando de aprovechar el boom de Favio”. Un estruendo que, por cierto, duró muchos años, muchos más que el “éxito” de “Tu risa al viento”.