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Fernando Iglesias: "De las vacunas que están en el mercado, la peor es la Sputnik"

El diputado de Juntos por el Cambio participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Dijo que Cristina Kirchner es "golpista" y que Alberto Fernández es un "operador sin escrúpulos". La autocrítica de Macri.

Fernando Iglesias 20200519
El diputado Fernando Iglesias | Cedoc Perfil

Fernando Iglesias participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación, en la que criticó al gobierno del Frente de Todos y destacó sus disputas internas. “Alberto Fernández no tiene capacidad ni poder de decisión y no puede sacar a un subsecretario. Es muy difícil gobernar de esa manera y, claramente, la responsable principal es Cristina Kirchner, que habla de golpes de Estado cuando el golpe de Estado que estamos viendo es de la vicepresidenta contra el Presidente”, aseguró

El diputado de Juntos por el Cambio también cuestionó la gestión para conseguir vacunas en medio de la pandemia y se refirió al “vacuntorio VIP” por el que distintos funcionarios recibieron dosis anticipadas contra el covid-19. “Se robaron las vacunas, que es lo peor de todo. Al final vacunaron a los chicos de La Cámpora, a la familia de Eduardo Duhalde, a la familia de Sergio Massa, a Horacio Verbitsky, al diputado Valdés, una verdadera vergüenza y la radiografía completa muestra eso de este gobierno, que detrás de sus bellas palabras nacionales y populares, se esconde eso”, dijo Iglesias en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

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—El ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, aseguró que el presidente Alberto Fernández no estaba apto para gobernar. ¿Usted qué piensa?

—No me parece que sea un problema de la aptitud psicológica o psicofísica. Nunca digo cosas sobre el peronismo que los propios peronistas no digan peor. Por ejemplo, esto que dice Moreno o los que acusaron a Aníbal Fernández de narco, que fueron Felipe Solá y Daniel Arroyo. Yo no creo que el Presidente tenga un problema de incapacidad. El Presidente es lo que fue siempre: un operador político, es una persona que no ha tenido escrúpulos en hacer las cosas que ha hecho. Ha sido funcionario de Carlos Menem, después fue funcionario de Néstor Kirchner. Fue candidato en la boleta de Domingo Cavallo, ¿no? Ahora habla de neoliberalismo. Estaba junto a Gustavo Béliz en la boleta del partido de Cavallo. Después dijo las cosas que dijo de Cristina, que todavía replican. Otra cosa vieja del peronismo: Cámpora al gobierno, Perón al poder. El Presidente dijo una semana antes de aceptar la candidatura que él no quería ver un títere en la Casa Rosada mientras todo se manejaba desde un departamento de Recoleta de Cristina. Lo único que le erró es que ahora se maneja todo desde el Instituto Patria. Alberto no tiene capacidad ni poder de decisión y no puede sacar a un subsecretario, es muy difícil gobernar de esa manera y, claramente, la responsable principal es Cristina, que habla de golpes de Estado cuando el golpe de Estado que estamos viendo es de la vicepresidenta contra el Presidente.

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—¿Si usted hubiera tenido la posibilidad de manejar el programa de vacunación, qué diferencias hubiera planteado con la gestión del Gobierno?

—Había que agarrar los catorce millones de vacunas que ofrecía la Pfizer y el 50% de las vacunas de Covax que mandaba la Organización Mundial de la Salud y eran suficientes para vacunar. Pero le dijeron que no a Pfizer y le dijeron a la OMS que mandara solo el 10% y se quedaron sin vacunas. Lo hicieron porque el gran héroe del empresariado kirchnerista, Hugo Sigman, iba a producir la vacuna acá y eso quería decir un sesgo ideológico: no queremos la vacuna imperialista, queremos otra cosa, queremos que sea de la industria nacional. Y a Sigman le dieron el 60% anticipado. Teniendo vacunas de primera opción, agarramos la segunda opción por motivos ideológicos. Y cuando salieron a vacunar no estaban los papeles en regla, la fase tres de la Sputnik fuimos nosotros. Y todavía no están en regla porque recién acaban de rechazarla en Brasil, pero ellos tienen cien millones de Pfizer y se pueden dar el lujo que nosotros no. Y, además, se robaron las vacunas, que es lo peor de todo. Al final vacunaron a los chicos de La Cámpora, a la familia de Duhalde, a la familia de Massa, a Verbitsky, al diputado Valdés, una verdadera vergüenza y la radiografía completa muestra eso de este gobierno, que detrás de sus bellas palabras nacionales y populares se esconde eso. Prejuicios ideológicos, negocios con los amigos, y privilegios para la casta del poder.

—A pesar de las pruebas que demostró el Instituto Gamaleya de Rusia, ¿usted dice que la vacuna Sputnik no tiene las garantías necesarias?

—Nosotros empezamos a vacunar con la Sputnik sin tener documentos de la fase tres. Esos documentos aparecieron en una sola revista y están muy cuestionados, porque son los que provee el laboratorio que la vende, que es parte interesada. Además, aparecieron las objeciones de los checoslovacos, en donde aseguran que el lote que recibieron ellos no es el mismo que está testeado en la Lancet. La agencia brasilera también la criticó. ¿Hay que darse la vacuna? Sí, porque es la única que tenemos y es mejor eso que el riesgo del Covid. Pero, de las vacunas que están en el mercado, la peor es la Sputnik, la menos testeada. Y cuando se largaron a vacunar fueron unos irresponsables porque realmente la fase tres fuimos nosotros.

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—En su libro "Es el peronismo, estúpido" usted plantea que el problema central de la Argentina es el peronismo. ¿Hay algo que usted pueda destacar del peronismo?

—El peronismo es una originalidad histórica, creo que única. No existen países gobernados hoy por partidos populistas fundados a mediados del siglo veinte. Quizás la excepción significativa es en México, con el PRI, que tiene también un régimen populista, un partido que se coloca casi como el partido del Estado. El peronismo es una originalidad histórica y la Argentina es una originalidad histórica. Cuando aparece el peronismo la Argentina todavía era el sexto país en PBI per cápita del mundo y hoy estamos abajo del sesenta. Yo creo que el actor decisivo es el peronismo. Es cierto que el peronismo en estos setenta años se transformó, inclusive, cuando estaba desterrado, el momento horrible del exilio y la proscripción, esas cosas espantosas que aplicaron los militares contra el peronismo y, a pesar de eso, seguía siendo el centro de la política argentina. Justamente, los tenían fuera del sistema porque si volvían ganaban las elecciones. Entonces el peronismo ha sido siempre el centro de la política argentina. Yo creo que hasta que no se transforme en un partido normal, es decir, en un partido que cuando pierde deja gobernar y cuando gana no hace las cosas que volvemos a ver ahora, hasta que eso no suceda, esto no va a tener solución.

Fernando Iglesias en el Ciclo de Entrevista

—¿Cuál es la autocrítica que debería hacerse en Juntos por el Cambio?

Muchas, pero creo que están hechas. Me parece que no hace falta que un cuatro de copas como yo siga haciendo autocritica. El propio ex presidente ha sacado un libro donde explica cuáles cree que son los aciertos y los errores de su gobierno. En 2017 tuvimos los índices de indigencia, desocupación y pobreza más bajos desde 1991. Después, tuvimos la corrida cambiaria en 2018, que fue por nuestros errores, por una herencia muy complicada y por factores externos, como la sequía o la caída de Turquía o el conflicto entre China y Estados Unidos. Pero cuando se evalúa nuestro gobierno se lo evalúa con una vara demasiado estricta. Me parece que no se valora bien la dificultad de recibir una situación económica que yo he comparado con la del 2001. No logramos reelegir, es cierto, pero logramos terminar el mandato por primera vez para un gobierno civil no peronista desde 1928. Desde el punto de vista de la política macroeconómica se hizo una corrección enorme, que nunca se había hecho sin una gran crisis en Argentina. Los mejores en cincuenta años del país en infraestructura, energía, seguridad, lucha contra el narco, relaciones exteriores. Entonces, me parece que está bien hacer autocrítica, pero está mal autoflagelarse.

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—¿Qué opina sobre las visitas de los jueces Gustavo Hornos y Mariano Borinsky a la Quinta de Olivos durante la presidencia de Mauricio Macri? ¿Y qué piensa sobre el pedido de nulidad de Cristina Kirchner en las causas que esos jueces investigan?

Es una irregularidad, sin lugar a ninguna duda, y la justicia tiene que tomarlo en consideración. De ahí a pedir la nulidad de la causa me parece que es absurdo y desnuda el interés de Cristina. Se podría entender una recusación, es razonable que haya una recusación. Tendrá que decidir la justicia si ese elemento es suficiente para que eso suceda. Pero pedir la nulidad de la causa es pedir la impunidad y es un poco absurdo. Muchas cosas que a veces se nos achacan provienen de la transparencia de nuestro gobierno, como el registro de las entradas y salidas de Olivos. Eso fue público mientras fuimos gobierno pero no lo es más con el kirchnerismo.

—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por Perfil Educación y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.

—Gracias por la invitación. Y me gustaría darles un consejo de colega a colega, porque yo me inicié como periodista. Creo que el periodismo argentino, como todo el país, se ha degradado. Es un oficio maravilloso el del periodismo, si uno lo encara con honestidad y con la convicción de no ser mediocres. No confundan el periodismo con el “panelismo”, que viene del lado deportivo, que es un tipo que vio muchos partidos y que sabe un poco de fútbol y se sienta y opina. Ese modelo panelista no sirve para nada. El periodismo es muy importante, porque es un filtro entre la realidad y la población y la opinión pública fundamental y funciona muy mal en la Argentina. Funciona muy mal, por eso a veces tenemos problemas muy serios para entender la economía a largo plazo, cómo funciona la Constitución, cómo es la Cámara de Diputados. Prepárense, estudien, la parte práctica es muy importante pero la teoría también. Y traten de dar una contribución. Es muy importante la función del periodista y en la Argentina está muy mal. Eso es un gran problema pero también una gran oportunidad.

Por Gustavo Zandonadi, Gabriela Maidana y Carlos Alberto García
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

Escuela de Comunicación