Con el nombre de Vida y Obra de Frida Kahlo, una nueva actividad inmersiva se ofrece en el Centro Municipal de Convenciones (Figueroa Alcorta 2099, CABA) proponiendo vivir una experiencia única para acercarse a la aclamada pintora mexicana a través de sus múltiples facetas. Mujer, pintora, esposa, amiga, hija, transgresora y adelantada a su época, la propuesta recurre a la reproducción de sus obras de manera imaginativa, así como la revelación del diario que llevó durante sus últimos años, pleno de poemas, dibujos y textos.
La forma de conmover al espectador es a través de la tecnología. Hay una antesala con un fotoportunity poco logrado (apenas se ve porque está iluminado en azul) y la exhibición del diario íntimo, luego se pasa por un espacio interactivo en el que uno se puede sentir cómo Frida cuando estaba recluida en una cama, encorsetada y prácticamente inmóvil debido a un accidente de tránsito (foto arriba). Sus pinturas exhibidas en bastidores transparentes mostrando lo etéreo de la vida continúan el proceso, hasta que se llega al una enorme sala en la que se proyecta un espectacular mapping de 360 ° con una duración de más de media hora. A sentarse tranquilo y disfrutar mientras alrededor, en el piso y en un altar céntrico se va repasando la historia de la pintora, que ella misma narra en off, incluyendo su relación de amor-odio con Diego Rivera, el temperamental pintor que fue su marido. Es una impresionante proyección que trae a la vida sus pinturas, dibujos, textos, conceptos generando un espectáculo impresionante.
Todo está muy bien armado y orquestado, aprovechando el hermoso Centro de Convenciones porteño, y culmina en una tienda de venta de merchadising donde se pueden conseguir láminas (no son originales de Frida sino adaptaciones de su obra) o libros para dibujar por $ 3.000 cada uno. Todos querrán llevarse un recuerdo de la querida y admirada artista. Lo bueno es que se puede volver a empezar, revisar lo que se vio y leyó luego de ver el mapping, para tener una visión más completa de esta poderosa mujer que, a casi 70 años de su muerte, sigue conmoviendo tanto con su pensamiento como con sus obras.
No faltan sus famosos autorretratos, La venada herida o el dedicado al Doctor Eloesser, y obras menos conocidas como El suicidio de Dorothy Hale o Lo que el agua me dio. Es un gran y merecido homenaje, especialmente para aquellos que aún no conocieron su Casa Azul de Coyacán, en México, o las dos casas contiguas que compartía con Diego Rivera en San Angel Inn, ambos museos. Seguramente tanto amantes de su obra como curiosos por concer más a Frida Kahlo saldrán satisfechos de esta experiencia.
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