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CóRDOBA
CASO BALBO

El fiscal critica la cultura del aguante en las canchas

Mariano Antuña, quien acusó a los responsables de la muerte del hincha, ratificó que “A Emanuel Balbo lo mataron por creerlo hincha de Talleres”.

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FURIA. Emanuel Balbo trata de escapar pero es arrojado al vacío por parte de simpatizantes de Belgrano. | CEDOC PERFIL

El 15 de abril de 2017, el estadio Mario Alberto Kempes era escenario del clásico entre Talleres y Belgrano por la fecha 20 del campeonato. Durante el entretiempo de ese partido, la tribuna Daniel Willington era escenario de un bestial e incomprensible linchamiento a un hincha de Belgrano simplemente porque alguien gritó “es de Talleres, te voy a matar”.

El autor de esa arenga fue Oscar ‘el Sapito’ Gómez, quien recibió una dura condena el viernes pasado. Emanuel Balbo tenía 22 años y hasta el último minuto intentó escapar de esa emboscada mortal iniciada por hinchas de su mismo equipo. La Cámara 12 del Crimen condenó por el delito de homicidio agravado en espectáculos deportivos a Oscar Gómez a 15 años de prisión; Martín Vergara, 11 años y siete meses; Matías Oliva, 10 años y ocho meses; Pablo Robledo, siete años y dos meses; Yamil Salas, siete años y dos meses; Hugo Acevedo, dos años (condenado por hurto calamitoso, fue quien le robó las zapatillas a Balbo); y se dispuso la absolución de Cristian Oliva Molina. Valoraciones.

“Esto no fue un crimen de barrabravas. Se trata de personas que se transforman cuando van a la cancha y dejan de ser civilizados”. Así lo analiza el fiscal de cámara Mariano Antuña, a cargo la acusación en el juicio. Quien Antuña asegura que aún hay imágenes que lo impactan.

“La escena final de Emanuel en la tribuna, donde se peleaban para ver quien le pegaba más, eso me pareció horroroso. Y lo que más asusta es que son hinchas comunes que se vuelven locos en una cancha”, expone.

—¿Le llamó la atención que, a excepción de Gómez, del resto de los condenados prácticamente ninguno tenía antecedentes?
—Sí, es muy llamativo que personas sin antecedentes, salvo Gómez, incurran en un delito tan terrible. Ni siquiera lo conocían a Balbo. Bastó para que otro dijera ‘este es de Talleres’, o sea algo así como ‘este es el enemigo que está infiltrado y se está burlando de nosotros al meterse acá’, esa es la lectura. No es lo mismo decirlo en la sala de espera del dentista que decirlo en esa tribuna. Fue una trampa mortal.

—¿Le sorprendió o merece alguna lectura la actitud del resto de los hinchas que estaban en la tribuna en ese momento?
—Cuando comienza todo arriba en la tribuna, había un montón de inadaptados que decían ‘tirenlo, tirenlo, tiren a esa gallina’, pero ahí no lo matan a Balbo porque hubo algunos hinchas que intentaron ayudarlo. Cuando Emanuel llega abajo de la tribuna desesperado gritando “soy de Belgrano, soy de Belgrano”, ahí en ese lugar no lo ayuda nadie. Uno de los momentos más crudos es cuando lo están tirando, en las imágenes se percibe cara de goce en la gente, es lo que denominé la satisfacción del deber cumplido. La cara de disfrute de esos salvajes mostraba un ‘costó pero lo logramos, la tiramos a esta gallina’, esa era la sensación. Y también es muy impresionante observar como aquellos que no intervinieron miraron la escena con gran indiferencia.

—Entonces, ¿Gómez sabía y era consciente que diciendo “este es de Talleres” en la tribuna de Belgrano podía haber una reacción violenta contra Emanuel?
—Hubo una testigo en el juicio que graficó de una manera muy contundente la reacción de la tribuna, ella cuenta que cuando se escuchó “es de Talleres”, automáticamente la gente se desquició. Pareciera que en ese contexto decir que alguien es del equipo rival, es peor que decir que es un ladrón o un asesino y Gómez sabía muy bien eso. Es una locura.

—Es muy común escuchar que la violencia en el fútbol es el reflejo de una sociedad. ¿Considera exacta esa afirmación?
—Hay una relación clara entre la violencia social y la violencia en el fútbol. Pero en una cancha esa violencia está mucho más exacerbada, exagerada y aumentada. Según estadísticas, Argentina tiene una tasa de homicidios violentos más baja que Brasil, México y Colombia, pero está por encima en muertes en el fútbol. Hay una cuestión muy grave ahí. Y la muestra de ese fenómeno es que no se soluciona nada con la prohibición de los hinchas visitantes.

—En parte de su alegato hizo referencia a la famosa cultura del aguante en el fútbol.
—Sí, claro, la cultura del aguante, esa que ha romantizado al hincha fiel, que va a la cancha y sigue a su equipo a todas partes, que alienta, bueno ese hincha no existe, es mentira. Están inmersos en esa cultura del aguante, ellos consideran que hay que proteger ese territorio propio que les pertenece y eso se enmarca en la violencia.

—¿Espera que estas condenas sirvan para algo, que tengan algún efecto en el comportamiento de la gente en las canchas?
—Lo central es que se ratificó que hubo un homicidio doloso y agravado, no hubo un accidente. Son penas duras. Ojalá esto sirva para entender que no es normal aceptar que se puede moler a golpes a una persona por el simple motivo de ser del equipo rival, entender que esa actitud tiene consecuencias severas.