“Las pymes necesitan una moratoria”, asegura Gabriela Russo, flamante presidenta del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires. Con 36 años, es la primera mujer y la primera joven que llega a ese lugar en los casi 75 años de la entidad. La semana pasada lanzaron una oficina de género y diversidad. “Hay una renovación generacional. La sociedad está buscando nuevos liderazgos, juventud, con formación profesional. Es un reflejo de lo que está pasando en general. Es todo un desafío”, explica sobre su llegada a la presidencia. Integraba la fórmula con Aldo Pignanelli, el ex presidente del Banco Central, que falleció en junio pasado.
—¿Cuáles son los desafíos para la profesión?
—Tenemos casi 80 mil matriculados, la mayoría son contadores de pequeños y medianos estudios y que asesoran a pymes. Enviamos notas de la AFIP y las Cámaras de Diputados y Senadores para que se impulse una moratoria para las pymes. Si bien no es un tema de nuestros matriculados, nos involucra de forma indirecta. A las pymes les está costando. Quieren seguir trabajando y manteniendo a sus empleados. A nadie le gusta bajar la persiana, pero a veces se hace difícil. En eso el Consejo no era una voz, pero tenemos un interés público. También se reclama la jerarquización profesional. La AFIP invitó a los contribuyentes a la autorrecategorización del monotributo. Entendemos que la tecnología viene a simplificar, pero el asesoramiento del profesional es imprescindible porque el sistema tributario es complejo; con más de 70 mil normas, 163 impuestos, solo alguien que se actualiza todo el tiempo puede dar ese asesoramiento.
—La AFIP destaca que supera al Banco Nación como fuente de financiamiento...
—Si bien hay planes de pago y hubo una prórroga, el problema es el perfil de riesgo que el Siper le otorga al contribuyente. Al haber deuda, aumenta el riesgo en el scoring del Siper, entonces no puede hacer un plan de pago. Si estás al día no necesitás el plan de pago.
—Hace unos meses, en un almuerzo en el Consejo, el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, habló de bajar los costos para las empresas simplificando trámites. ¿Están en riesgo por la tecnología?
—El mundo del trabajo está cambiando y la tecnología hace que tengamos que replantearnos cómo adaptarnos a esta modalidad. La tecnología viene a facilitar las presentaciones, no para la carga de información sino para ver que coincidan con las normas. Tenemos muchas áreas de actuación y no es solo la impositiva, intervenimos en procesos administrativos, podemos ser peritos judiciales. Vamos a trabajar para explorar nuevas áreas de actuación.
—Se prevé una reforma impositiva. ¿Cómo debería ser y qué rol esperan tener en el debate?
—Tenemos la capacidad, la formación y los recursos para poder participar de ese debate. Todos los consejos pueden participar. El sistema tributario debería disminuir la complejidad, que es alta. Las normas muchas veces se contradicen y la reglamentación de AFIP no es siempre la adecuada. Después hay que ver la progresividad del sistema, donde los sectores más humildes tienen la mayor carga, que sea equitativo, progresivo y más simple.
—¿Se puede mantener la recaudación?
—Sí, un sistema progresivo se paga según la situación económica del contribuyente. Pagan más los que más tienen. Y después hay impuestos, como Ingresos Brutos, que son acumulativos y se van sumando en la cadena. Es distorsivo y se traslada a los precios. Y hoy las provincias ya están trabajando sobre la reducción y la eliminación.
Balance. Russo es contadora y tiene un estudio en Parque Patricios. Egresó de la Universidad de Buenos Aires –primera generación en su familia con título universitario–, da clases en Económicas, está casada y tiene dos hijos.
—Hay muchas mujeres en la profesión, pero parece más un problema de techo…
—El 50% de la matrícula son mujeres y en la carrera hay cada vez más mujeres. En algún momento seremos la mayoría. En el Consejo hay 48 comisiones, y una de las medidas es que el 50% tengan presidencia de mujeres. Por lo menos habrá 24. Creamos una oficina de género, y se va a establecer una comisión de género y diversidad para tratar los temas que surgen de la oficina. Esperamos que haya pocas denuncias, pero si las hay, que el consejo sea un espacio para contenerlas.