Luego de la masiva marcha de ayer por el Paro Internacional de Mujeres en el 8M y las sorpresivas declaraciones del presidente Mauricio Macri a favor de la igualdad de género, el mandatario tomó la determinación de respetar la decisión de los legisladores nacionales y no vetar, en caso de que se aprueba, la ley por el aborto legal, seguro y gratuito.
Pese a que se manifestó públicamente en contra del aborto y "a favor de la vida", el jefe de Estado aceptará el resultado final que arroje el debate parlamentario en el Congreso.
"No habrá veto, está dispuesto a aceptar lo que se resuelva. Pero lo importante es que el debate se dé de forma madura e integral, es un reclamo social que tiene muchos años", sostuvo uno de los hombres de consulta de Macri, según informó el diario La Nación.
Mientras una multitud de mujeres conmemoró su día en las calles, el Presidente anunció que enviará un proyecto de ley "de equidad de género e igualdad de oportunidades en el trabajo", que busca igualar los salarios entre hombres y mujeres.
"No podemos permitir que una mujer gane menos que un hombre. No tiene sentido, no tiene explicación para aquellos que trabajamos día a día con ellas. El salario igualitario tiene que ser una realidad en todo el país", dijo el mandatario.
De esa manera, el jefe de Estado sumó otro gesto a la igualdad de género luego de liberar a sus legisladores para debaten y voten según sus propias convicciones.
El Congreso, en tanto, se prepara para la primera convocatoria formal para tratar el proyecto de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que será el 20 de marzo.
Si bien el proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo tuvo récord de firmas del oficialismo y la oposición -en total fueron 71 diputados-, los números en la Cámara baja están parejos. La contra la llevan un grupo de diputados que impulsaron un proyecto antiaborto en el cual, incluso, se la obliga a la mujer violada a serguir con su embarazo y resarcirla economicamente.
Sin embargo, el mayor escollo estará en la Cámara de Senadores, en donde el optimismo de conquistar los votos necesarios por parte de quienes impulsan la norma es muy bajo.