Román y Micaela partieron hace casi un año en un pequeño motorhome con un sueño: recorrer parte de Sudamérica, conocer otras culturas y vivir una aventura sin igual. Y así llegaron hasta Ecuador, donde se les unió Oriana, la hermana de Román. Pero cuando emprendían el regreso a la Argentina, la pandemia del coronavirus los atrapó en Perú, con toque de queda y caminos cerrados. A ellos tres y a otros 105 argentinos que presionan para que el gobierno de Martín Vizcarra les permita retornar en caravana, a través de Chile y hacia la Argentina.
"Lo único que necesitamos es que nos permitan llegar hasta la frontera con Tacna, y que abran Migraciones por una hora para que podamos pasar. Incluso si quieren ponernos un escolta para asegurarse, siempre va a ser más barato que 108 pasajes en un vuelo humanitario", dice a PERFIL Román Polotnianka, uno de los 108 argentinos varados con sus 44 vehículos a lo largo y ancho de Perú. En su caso, en Huanchaco, una pequeña ciudad en el norte peruano, más cerca de Ecuador que del límite con Chile que intentan alcanzar.
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Forman parte de un grupo aparte de varados a los que no se puede rescatar con vuelos porque andan motorizados y no están dispuestos a abandonar sus vehículos allí. Para algunos de ellos, como Román, es todo lo que tienen. "Nuestra casa rodante es todo nuestro capital. Es nuestra casa. Llegamos con el vehículo, en calidad de turistas, y necesitamos volver con él", señala.
Allí, el consulado argentino actuó con premura para labrar los salvaconductos que requiere la caravana a fin de atravesar el país, cruzar a Chile e ingresar luego por el norte argentino. El principal problema es que el presidente Martín Vizcarra no los aprueba. Su gobierno estableció una de las cuarentenas más duras, militarizadas, y aún así no logró controlar a su pueblo y los casos se dispararon por arriba de los cincuenta mil. Perú es el segundo país sudamericano con mayor número de positivos, más de 54 mil, a mitad de camino que los reconocidos por Brasil.
"Nuestra casa rodante es todo nuestro capital. Es nuestra casa. Llegamos con el vehículo, en calidad de turistas, y necesitamos volver con él"
"Nos tiene muy consternados porque no sabemos a qué se debe (esta negativa a sus salvoconductos). Nosotros no estamos pidiendo ningún tipo de ayuda económica del Estado argentino, solamente que pongan mas presión a Perú, que llamen al canciller, o que hablen entre presidentes. Hemos juntado más de cinco mil firmas en un petitorio por internet para Martín Vizcarra", cuenta Román a este medio.
Su viaje junto a su novia arrancó el 16 de mayo del año pasado, si bien la aventura comenzó mucho antes. Él asevera que lo soñó toda su vida. Un año antes de la partida, pusieron manos en el proyecto. Montaron primero el motorhome, de forma artesanal, tomando como base un furgón Mercedes Mb180d Cn, y sin escatimar en comodidades para tamaña empresa. Hasta la adaptaron con paneles de energía solar.
Pusieron rumbo al norte argentino —Salta y Jujuy—, luego Chile —por Antofagasta y la costa del Pacífico, hasta Arica—, y finalmente Perú, donde visitaron por Lobitos y Máncora, en el extremo opuesto. En cada destino, permanecían no más de dos a tres días, salvo algunos lugares, como Lobitos o la misma Máncora, que los cautivaron por semanas y hasta un mes.
"Nosotros no estamos pidiendo ningún tipo de ayuda económica del Estado argentino, solamente que pongan mas presión a Perú"
De allí cruzaron a Ecuador, donde se instalaron en Montañita, a lo largo de los cuatro meses de la temporada veraniega. En aquellas playas vírgenes, de las preferidas de los jóvenes argentinos, se sumó Oriana que cruzó Sudámerica en avión. Junto a Micaela, ambas trabajaron como camareras gracias a lo cual pudieron reunir algunos dólares. "Algo que ayudó a que tengamos un plato de comida al día de hoy —agradece Román—. Con esta forma de viajar, uno aprende a rebuscárselas, con changas, intercambios, para conseguir un poco de plata, cargar combustible, comprar comida. Pero eso se cortó. No hay posibilidad de salir a la calle. Es una situación bastante complicada", explica. La cuarentena los atrapó el 16 de marzo en Perú, cuando retornaban hacia la Argentina donde planeaban arribar en abril.
Entre los 108 argentinos varados con sus vehículos, hay gente de más de 60, algunos con problemas de salud crónica, que los pone en riesgo frente al Covid-19. También menores —catorce, estiman—, algunos muy chiquitos. Y ya hubo quienes se gastaron hasta el último peso, pagando todo con el recargo del 30 por ciento y pese a la escasa ayuda que sus familias pueden enviarles desde Argentina. A todo eso se añade el recelo que algunos afirman sentir por parte de cierta parte de los locales, solo porque son extranjeros.
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Ahora están tratando de que el Gobierno consiga abrirles un corredor humanitario para volver a través de la ruta panamericana, que recorre la costa. Una caravana que por ahora es virtual, mediante grupo de Whatsapp. pero que cobrará forma ni bien les den la autorización. Se manifiestan confiados de conseguirla en los próximos días. Perú se prepara para levantar sus restricciones la próxima semana y eso les abre una ventana de oportunidad.
"Estamos peleando para poder volver porque pasaron más de cuarenta días en esta cuarentena y los recursos se van complicando cada día más.Se habla de que va a ser una caravana escoltada con más de 44 vehículos y 108 argentinos. Algo nunca antes hecho en la historia de los rodanteros", se ilusiona Román en el último cruce de mensajes con PERFIL. Por ahora, la esperanza los mantiene en movimiento.
MB / DS
