Habilitar un puente aéreo triangulado, a través de San Pablo, para volver a la Argentina. Tal es la vía que muchos de los argentinos varados al otro lado del mundo, donde no llegan los vuelos a Ezeiza en medio de la pandemia, ven con más chances de concretar para retornar al país y que le piden al Gobierno que considere. Mientras, demandan más anticipación en el anuncio de los servicios para permitirles llegar a ellos ya que muchos se desconcentraron lejos de las capitales extranjeras para eludir los focos del covid-19.
En un zoom de más de tres horas con 73 participantes conectados desde 32 países y organizado por los diputados de Juntos por el Cambio Luis Petri y Waldo Wolff, hubo fuertes críticas respecto al modo cómo se instrumenta el esquema de vuelos. Desde lugares tan distantes como Japón, Bangkok y Emiratos Árabes Unidos, destinos que no figuran en los vuelos humanitarios anunciados hasta el momento —aunque también la idea se escuchó en Alemania, que sí figuró en los esquemas—, los argentinos sugirieron que pueden volver mediante escalas en terceros países, como Brasil, si el gobierno lo autoriza.
Qué es y cómo se consigue el permiso para que los varados del interior del país vuelvan a sus casas
Brasil mantiene sus fronteras abiertas y comparte un paso habilitado con la Argentina, a través de la provincia de Corrientes, por donde se puede retornar siguiendo los corredores sanitarios que disponen el Ministerio de Salud y el de Transporte. En algunos casos, los participantes de la videoconferencia dijeron haber trasladado esta idea a sus interlocutores diplomáticos en los consulados locales con desigual respuesta y ninguna certeza.
"Lo que estoy viendo en muchos grupos de varados es que podemos llegar a Brasil y, tal vez, allí se pueda implementar algún tipo de mecanismo para que nos repatríen desde ahí", propuso Mariano, desde Bangkok . Y añadió: "Ya al día 34, no hay ninguna persona con síntomas entre los cuatrocientos y pico de argentinos que estamos en Bangkok, así que el motivo de seguridad que aluden, de que nosotros podemos llegar a llevar algún tipo de infección, prácticamente sería nulo."
"Muchos grupos de varados podemos llegar a Brasil y, tal vez, allí se pueda implementar algún tipo de mecanismo para que nos repatríen", propuso Mariano
En las últimas semanas, hubo algunos vuelos programados para San Pablo y Río de Janeiro, algunos de ellos por parte de Aerolíneas Argentinas e incluso un Fokker de la Fuerza Aérea Argentina. Y antes que ello, cuando las fronteras argentinas seguían abiertas, San Pablo fue el aeropuerto de desembarque para muchos compatriotas que intentaban retornar en tiempo de descuento y luego ingresaron a través de Foz de Iguazú.
Anabella, desde los Emiratos Árabes Unidos, comentó que un pasaje one way hacia Buenos Aires ronda los 400 a 600 dólares pero que el último servicio que les ofrecieron ascendía a 2500 dólares, en dos tramos: 1600 para llegar a San Pablo, a bordo de un vuelo de repatriación brasileño y, luego de dos noches a 200 dólares la estadía, tomar otro avión hasta Buenos Aires con el riesgo que conllevaba permanecer tanto tiempo en uno de los principales focos del virus en Latinoamérica. Solo 29 argentinos pudieron costearlo. "Muchas personas, específicamente los que estamos más vulnerados económicamente, que pagamos en pesos cada dólar que gastamos acá, no pudimos ", se lamentó.
Anabella, desde los Emiratos Árabes comentó que un pasaje hacia Buenos Aires ronda los 400 a 600 dólares pero que el último servicio ascendía a 2500 dólares
"Que Felipe Solá haya dicho que los que somos minoría, somos los que más tenemos que esperar, nos hace sentir peor. Es un golpe emocional, saber que somos los últimos orejones del tarro. La incertidumbre de no tener una fecha de regreso. Es como si nos dijeran que nuestra angustia no vale porque somos pocos", se descargó Julieta, otra compatriotas en suelo árabe.
Desde Sudáfrica, Mariano mencionó un ofrecimiento por cuatro mil dólares que Catar habría formulado a la representación diplomática argentina para tender un puente con la Argentina. Y citó un posible vuelo compartido con varados peruanos que se negocia desde hace casi un mes, sin concretarse. "Lamentablemente no se nos toma en consideración desde la Cancillería y me gustaría que se tuviera en cuenta el continente porque no somos solo nosotros, en Sudáfrica", cuestionó antes de enumerar una extensa lista de argentinos con deseos de volver, repartidos por Angola (18), Egipto (20), Etiopía (2), Kenia (25), Seychelles (3) y Mauricio (2).
Juntos por el Cambio fue a la CIDH por los argentinos varados
También en Dinamarca, los argentinos exploran una salida propia mediante un charter compartido con ciudadanos chilenos para el cual requieren que la Cancillería gestione los permisos. Afirman que están tratando de reunir las 200 personas que les solicita la empresa para elevar la propuesta a la embajada, que ya está al corriente de la posibilidad y les dijo que es "viable" si la autorizan. Mientras trabajan en extenderles las visas. "Para que no estemos ilegales —completa Day—. Pero el tema es que no hay trabajo aquí. ¿De qué vivimos si no podemos trabajar?". Junto a los varados en Suecia y Noruega, con los que entraron en contacto, dicen sentirse "olvidados" en el norte de Europa y que ni siquiera cuentan con datos certeros como para arriesgarse a viajar hacia otros países lindantes para tomar un vuelo rumbo a Ezeiza.
Muchos de los varados que participaron del zoom, de hecho, señalaron esta cuestión: el problema de las distancias, en medio de las restricciones que rigen en muchos países, y el escaso margen de notificación por parte de las autoridades y las empresas para poder tomar esos vuelos, aún cuando se los designen. "Necesitamos que avisen con algo de anticipación. A muchos los llamaron con un día y medio o dos, para tomar los vuelos salen desde París. Muchos tenían diez horas para llegar y se han perdido la posibilidad. Inclusive, otros se quedaron varados en París y ahora quedaron con esa problemática", puntualizó Martín, en Francia. Demandó recursos para subsistir "este tiempo que no sabemos cuánto será" porque "la situación de muchos es preocupante y tenemos que pase algo muchos más grave y ya sea tarde".
"A muchos los llamaron con un día o dos y los vuelos salen desde París pero tenían diez horas para llegar y se perdieron la posibilidad. Quedaron varados allí"
Igual que Fernanda, desde Miami, donde convergen varados que arriban de Canadá, México y Jamaica, "y cada vez somos más", ante la falta de atención por parte del consulado en esa ciudad. "Hay gente en otros estados, en Nueva York o Los Ángeles, y no llegan a alcanzar el vuelo porque avisan unas horas o un día antes", indicó. Pidió que se mejore el sistema de notificación para no estar las 24 horas actualizando el mail o la página de internet: "Eso bajaría un poco la ansiedad que estamos pasando todos. Poder viajar y conseguir un vuelo acá es como ganarse la lotería".
Lo mismo le sucedió a Bernarda, varada en un pueblo de Nueva Zelanda: al estar en la lista de casos vulnerables, a raíz de una condición en su salud, le arribó un aviso para un vuelo que partía desde Auckland al cual no tenía forma de alcanzar en tan poco tiempo, con las limitaciones al transporte que rigen en un país que lentamente avanza hacia fases más flexible pero todavía en cuarentena.
Más grave aún fue lo que denunció Marcela Gutiérrez. Reveló que Latam invitó a la gente a que vaya igual al aeropuerto por si se abría alguna plaza en el vuelo y "cincuenta personas pasaron la noche allí, doce horas antes y con chicos, para conseguir un lugar."
"No sólo se los ha privado del derecho a ingresar al país, derecho humano garantizado por la Constitución y los Tratados Internacionales, sino que también ha generado la restricción y el cercenamiento de muchos otros derechos, como es el acceso a la salud, la alimentación, la seguridad y la integridad personal, encontrándose a miles de kilómetros del país y colocándolos en una situación de extrema vulnerabilidad", concluyó Petri, tras escuchar los testimonios a lo largo de las tres horas de la reunión.
CP