Eduardo Duhalde participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación del Grupo Perfil y la Universidad del Salvador (USAL) en la que analizó la dificil coyuntura que atraviesa el Frente de Todos luego de haber sido derrotado en las PASO. “Este es un gobierno que no tiene orden, por eso cualquier hombre de la línea dice cualquier cosa y nadie lo hace callar. No hay control de nada y, en efecto, tampoco hay respeto por nada”, expresó.
El expresidente también se refirió a las internas que existen entre el Presidente y la vicepresidenta, a la vez que marcó diferencias entre el kirchnerismo. “El kirchnerismo se fue con Kirchner, lo que quedó es el cristinismo. Muchos kirchneristas no quieren a Cristina, el primero de todos es Alberto Fernández, eso quedó demostrado, ustedes lo saben. Pero hoy, el problema no es el kirchnerismo, el problema es el cristinismo, en todo caso”, advirtió Duhalde en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Cómo lo ve a Alberto Fernández?
—Al Presidente realmente no lo veo bien. Alberto no se cuidó y un presidente tiene que cuidarse. Eso es lo que hacen todos los presidentes del mundo. Actualmente, no hay una construcción del Estado, falta orden, control y respeto. Este es un Gobierno que no tiene orden, por eso cualquier hombre de la línea dice cualquier cosa y nadie lo hace callar. No hay control de nada y, en efecto, tampoco hay respeto por nada. Actualmente, Argentina está pasando un momento muy difícil. Existen tres elementos indispensables para una nación: orden, control y respeto. Sin esos tres elementos no funciona ni siquiera una familia, sin esas tres cosas no funciona nada. Y en este gobierno, desgraciadamente, no hay control de nada, no hay respeto, y no hay orden, entonces así las cosas no pueden funcionar.
—¿Lo ve aislado al Presidente?
—No, yo lo veo apoyado. Pero él no sabe qué hacer con ese apoyo. Los gremios lo han apoyado, los gobernadores lo apoyan, pero él no sabe qué hacer con ese apoyo porque no está bien. Creo que lo primero que debe hacer Alberto, y se lo dije antes de que asumiera, es cuidarse mucho. Un presidente tiene impactos psicológicos permanentemente, y llega un momento en el que no está bien. A mí, hace un tiempo, se me escapó un término, pero quise decir que Alberto estaba mareado, porque realmente así estaba.
—¿Cuándo fue la última vez que habló con Alberto y con Cristina Kirchner?
—Con Cristina hablé cuatro veces desde que asumieron el Gobierno, y con Alberto, por WhatsApp, prácticamente hablaba todos los días, hasta hace algunos días que cortamos la comunicación. Hablábamos permanentemente.
—Guillermo Moreno dijo que habría que adelantar las elecciones. ¿Qué opinión tiene de estas declaraciones?
—Yo creo que los gobiernos son elegidos por cuatro años y deben cumplir su mandato. No es solo lo que yo creo, sino que eso es lo normal, así debe ser. Nosotros votamos, elegimos y sabemos que los gobiernos duran cuatro años, tenemos que esperar que pase ese tiempo y hacer lo posible para que llegue a término. Hay gente, como mi amigo, porque Moreno es mi amigo, que tiene ideas que yo no comparto, porque el gobierno debe cumplir con su mandato. Y la oposición tiene que ayudar a que culminen su mandato, así funciona el sistema democrático. En este país estamos permanentemente peleándonos y de eso no puede salir nada bueno. En vez de estar unidos como cuando juega Argentina, que somos todos uno, en la política es al revés, nos la pasamos peleando. Con eso hay que terminar en la Argentina, no tenemos que pelearnos más, tenemos que entender que los que opinan diferente son hermanos nuestros, y tienen derecho a opinar. Yo tengo más de cuarenta años de carrera política y jamás me he peleado con nadie, lo pueden buscar en los diarios.
—Muchas veces se anunció el fin del kirchnerismo pero luego se pudo reconstituir. ¿La derrota de las PASO es el principio del fin del kirchnerismo?
—No, porque el kirchnerismo se fue con Kirchner, lo que quedó es el cristinismo. Muchos kirchneristas no quieren a Cristina, el primero de todos es Alberto Fernández, eso quedó demostrado, ustedes lo saben. Pero hoy, el problema no es el kirchnerismo, el problema es el cristinismo, en todo caso.
—¿Por qué dice que el problema es el cristinismo?
—Porque hay muchos kirchneristas que no son cristinistas. El abanderado era Alberto Fernández, que ahora cambió, pero él estaba en contra, absolutamente. Hay muchos que no están de acuerdo, y se van a otros partidos y muchos han quedado en lo que llaman el peronismo republicano, o cosas así.
—Usted dijo que son muchos los peronistas que no se sienten representados por el Frente de Todos. ¿Por qué cree que existe esta falta de representatividad desde los sectores más duros del justicialismo?
—El justicialismo siempre ha tenido esos problemas, siempre los hemos tenido, en mayor o menor medida. Pero hoy es evidente que hay un sector muy amplio del justicialismo que no está participando, y no se siente representado, por distintas razones. Pero, fundamentalmente, porque no están de acuerdo con determinadas formas de trabajar.
—¿Las medidas que tomó el Gobierno después de la derrota en las PASO alcanzarán para revertir la elección?
—Yo no sé qué va a pasar, nadie lo sabe. Pero esto no ha pasado nunca: las dádivas, los regalos, eso no se corresponde con el funcionamiento del sistema democrático. Ustedes los jóvenes tienen que estar muy enojados con nosotros, porque el país que ustedes reciben lo hemos hecho nosotros, y todos, por acción u omisión a partir de 1983 somos responsables. Ahora tenemos que juntarnos. No hay que pelear más, tenemos que armar el gran pacto para los próximos veinte años, con cuatro o cinco temas, y Argentina en poco tiempo puede salir adelante. Porque este es un país bendecido, por Dios o por la naturaleza.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final que quiera hacer.
—Yo he estado muchas veces en el lugar en el que están ustedes, en Perfil. Por Jorge Fontevecchia siento una gran admiración. Fontevecchia es un hombre que ha sido castigado por la dictadura muy duramente, se fue al exterior, y cuando volvió estuvo detenido, a punto de que lo mataran, y salió de esas dificultades y construyó el lugar en el que están ustedes. Yo siempre lo he dicho, y se lo escribo a él cuando le mando un libro, se lo dedico con admiración y respeto: yo admiro a Fontevecchia. Admiro la enorme capacidad que tiene para sobreponerse a todo, y continuar luchando, para una Argentina mejor.
Por Melody Acosta Rizza, Juan Bautista Carloni y María Victoria Fermín
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación
Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL