Rosario vive horas dramáticas, como escenario de una violencia generada por el narcotráfico que no cesa, y todavía peor, luce eterna. Esa historia sin fin suma cada día nuevas víctimas, en un espinel que mantiene vastas zonas de la periferia de la ciudad en tierra de nadie. O no, mejor dicho, tierra de los narcos. El último episodio de esa demencial saga de ataques a balazos la sufrió el chofer Marcos Daloia, que manejaba un interno de la línea K de trolebuses cuando le dispararon en la cabeza, sicarios jóvenes que como siempre, escaparon en una moto. Este sábado se indicó que el estado de Daloia sigue siendo crítico y permanece en el sector de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.
Luego de ese ataque, y que también hayan sido ultimados dos taxistas, los choferes de colectivos dispusieron un paro, que este sábado los delegados de la UTA en esa ciudad debatían si continuaba o volvían a poner las unidades en marcha, ya que en una urbe del tamaño de Rosario en rigor la medida de fuerza afectaba a cientos de miles de personas que sufren la misma violencia narco que los choferes.
Daolia fue baleado en la esquina de México y Mendoza, un joven sin mediar palabra bajó de una moto, le efectuó tres disparos de los cuales uno lo alcanzó en la cabeza, regresó corriendo a la moto en la que lo esperaba un cómplice y huyeron.
La investigación de ese terrible episodio derivó este viernes en la detención de una veintena de sospechosos, por la presunta vinculación con con el ataque a Daloia y con los crímenes de los taxistas, y se aguarda ahora si los interrogatorios a esos detenidos arroja datos concretos sobre sus autores.
Entre esos 20 sospechosos, se indicó, hay también un menor de edad, y los investigadores creen que buena parte de los detenidos, más de la mitad de ellos, tienen "algún grado de conexión" con el intento de asesinato de Daloia cuando estaba manejando este jueves.
Los múltiples allanamientos realizados desde el viernes fueron ordenados por el equipo de fiscales que encabeza por María Eugenia Iribarren, a cargo de la unidad regional.
Ante esos ataques, el Gobierno nacional convocó a un comité de crisis contra la ola de violencia que azota a la ciudad de Rosario, que ha causado decenas de hechos similares en los últimos años, y ahora será el cónclave que preside la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; y que integrarán el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro y representantes de todas las fuerzas de la provincia, el qué defina que se hace.
Algunas versiones indicaban que se le podría dar algún grado de participación en la lucha contra los narcos al Ejército, la ley prohibe a los uniformados actuar en casos de conmoción interna, pero al mismo ha quedado claro hasta el hartazgo desde la policía local, más los contingentes de gendarmes enviados, nunca pudieron poner en retroceso a quienes dominan el negocio del narcotráfico en esa ciudad. Triste, pero real.
HB
