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Presentada hace 100 años

El "Isolator": la historia de la perturbadora escafandra para trabajar aislado del mundo

El "Isolator" tenía un objetivo práctico: trabajar o estudiar sin ser molestado por los ruidos, en la oficinas o cualquier entorno productivo.

Isolator
Isolator | Science and Inventions

Por los que esconden o los peligros de los que previenen, máscaras, capuchas, cascos y afines alimentan el misterio, pueden producir repeluz (la palabra quiere decir “miedo interior”), transmitir respeto por el portador o llamar al espectáculo. Por eso el pánico que da la foto del captor de atletas con la media en la cabeza, inclinado en el balcón de Múnich en los Juegos Oimpicos de 1972; el enigma del Rex, corredor enmascarado/hermano perdido del Rey de las Pistas; El Eternauta, y todo lo que la leyenda le debe al protector contra la nieve asesina. La Momia, Hannibal Lecter, Darth Vader, y así.

Observado en las ilustraciones promocionales, el Isolator junta un poco de todo eso. Llama la atención, empuja interrogantes y da un poco de miedito. Presentado hace 100 años, en la tapa de la edición de julio de 1925 de la revista American Physical Society se lució en tiempos donde los inventos fascinaban en la publicaciones especializadas, que eran de consumo popular.

¿Qué era el Isolator? Un casco (o una máscara, o...) hecho inicialmente con madera y corcho, con un relleno de algodón, y recubierto de fieltro. Tenía un fin práctico: trabajar o estudiar sin ser molestado por los ruidos de los entornos oficinescos.

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Isolator en uso
El Isolator, en una prueba.

Desde lo que mostraban las ilustraciones, usarlo iba a ser como verse igual que un buzo de la profundidades marinas, solo que sentado en un escritorio y con saco y corbata. El "aislador" no estaba pensado solo para beneficiar al portante, en el caso de que lo consiguiera. Era también un instrumento que ofrecía una solución para aumentar la productividad laboral.

La boca del casco tenía un deflector para respirar y unos círculos para que los usuarios pudieran mirar hacia afuera. Los dos visores tenían un vidrio triple negro y cada uno una delgada línea horizontal que acotaba el campo visual. En resumen: el usuario sólo podía enfocarse en los papeles que tenían adelante, sin las distracciones de la periferia.

La idea llegó al nivel de concebir, además del casco, una "oficina ideal contra los ruidos que irriten a los ocupantes", construida con paneles, aberturas y conductores de aire especiales.

Oficina Isolator

El Isolator y un inventor que hizo historia (por otras cosas)

La creación puede resultar insólita, pero su creador fue alguien que trascendió a su época.

Hugo Gernsback (nacido con el apellido Gernsbacher en Luxemburgo, el 16 de agosto de 1884) era un ciudadano estadounidense muy inquieto. Editor y escritor, hizo historia en la cultura gráfica diríamos que universal al lanzar la primera revista de ciencia ficción, llamada Amazing Stories.

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Sus aportes fueron tan relevantes que se lo considera uno de los padres del género, junto a los célebres novelistas H.G. Wells y Julio Verne. De hecho, los galardones anuales de la Convención Mundial de Cincia Ficción se llaman, por él, “Premios Hugo”.

Insaciable ante las posibilidades del mundo, también fue un emprendedor en la industria electrónica y de la radio. Fundó Moderns Eléctrics, la primera revista del mundo sobre electrónica y radioafición. E inventó instrumentos musicales de vanguardia, como el pianorad y el staccatone.

Isolator tapa

El invento de Hugo Hernsback: ¿Cómo le fue al Isolator?

¿Cómo evolucionó esta escafandra de oficina? Con las pruebas, el creador quedó medianamente conforme. O tres cuartas partes conforme, poque estimó que el casco solo tenía un 75 % de eficiencia y no bloqueba todos los sonidos.

Entonces lo rediseñó con el uso de otros materiales y logró una efectividad del 90 a 95 %, según su evaluación. Pero había un problema que praccticamente derivó en el fracaso: los usuarios que lo habían probado experimentaban somnolencia y solo aguntaban 15 minutos con eso en la cabeza.

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La solución fue agregarle un tubo de oxígeno para facilitar la respiración, Ya era mucho. Lo patentó, pero el inventó no tuvo demasiada recepción y se discontinuó en 1926. Solo se habían construido 11 cascos.

El Isolator no tuvo éxito pero quedó como una inspiración y casi un siglo después la idea fue retomada por los creadores del “Helfmon”, presentado en 2017 con el mismo objetivo: “un casco diseñado para aislarse del ruido exterior y ayudar a concentrarse en la oficina, una idea que busca incrementar la productividad”.

Más parecido a un caso de automovilismo o de un piloto de un avión de guerra, los creadores lo ofrecían “tuneado” con los colores o el diseño al gusto de los hipotéticos compradores.

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Hugo Gernsback: el famoso retrato que “predijo” los anteojos de Google

Hugo Gernsback
Hugo Gernsback

El inventor murió en 1967. Cuatro años antes la revista Life había publicado su foto más famosa, en la que se lo ve usando un prototipo de los Teleyeglasses, sus anteojos-televisor sujetados a la cabeza.

El dispositivo permitía ver la televisión de una forma dual y estereoscópica. Aunque no era posible que el aparato respondiera a los movimientos de la cabeza, para obtener nuevas perspectivas, haría sentir al usuario casi adentro del mundo televisado.

El dispositivo nunca llegó al mercado pero inspiró a otros creadores a impulsar la tecnología del Realidad Virtual.

LT