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Indignación en Francia

En pleno confinamiento, ministros participan de cenas clandestinas

Un marchand francés dijo haber participado de varias cenas clandestinas con ministros en el club Palais Vivienne, en el barrio más caro de París. Les correspondería prisión de un año, multas de hasta € 15.000 y renuncia al cargo.

Palais Vivienne en París 20210405
Palais Vivienne en París | TWITTER

Con las escuelas cerradas y a pesar de las multas de 130 euros por persona a quien se atreva a violar el confinamiento, saliendo fuera del horario permitido, Emmanuel Macron no para de tener disgustos. 
La cadena M6 dio a conocer un video en el que el marchand de arte Pierre-Jean Chalençon dice que “varios ministros” participaron junto a él de “varias cenas clandestinas de alta gama” (€ 500) en el Palais Vivienne, un restaurant parisino de lujo que le pertenece y que fue construido a principios del 1.700 por el intendente de finanzas. 
Los periodistas, camuflados, ingresan al Palais y los recibe un maître que les informa que "en el interior nadie usa barbijo. “Una vez que pasa la puerta, aquí no hay Covid”, les dice. “Queremos que la gente se sienta cómoda, es un club privado”, agrega. Y el video que desde el viernes circula por todo Francia cierra con Pierre-Jean Chalençon y su declaración fatal. 


Lo cierto es que en el corazón histórico de París, sobre Ile St-Louis, el dorado y los brillos incandescentes de 560 metros cuadros exclusivos del barrio número 2 de la capital francesa, se promocionan como “un espacio privado y confidencial que se presta perfectamente para todo tipo de recepciones de hasta 250 personas”. 
Sin duda, Chalençon habrá creído que su "sincericidio" no tendría mayores consecuencias, pero las tuvo cuando M6 hizo público el material audiovisual y luego el marchand, vía su abogado, salió a retractarse, diciendo que no había dicho lo que había dicho, sino que era “una broma, jiji... (sic)".

 

Ministros arrepentidos


Hay algo más penoso que un marchand arrepentido? Sí, varios ministros arrepentidos
La noticia del día, en Francia, es que los comensales del Ejecutivo francés estuvieron codo a codo sin usar mascarillas y ajenos a toda recomendación sanitaria, sin contar que no ordenaron el menú mínimo de €160 (champagne incluido). 
Por caso, Gabriel Attal, jefe de prensa del gobierno de Macron, de quien se dijo que estaba entre los comensales selectos. Attal, de todos modos, rechazó haber estado presente en esas reuniones y disfrutado de la cena y negó rotundamente que algún miembro del gobierno haya sido de la partida. 
El ministro del Interior, Gérarld Darmanin, salió temprano a dar la cara (bueno, esta vez sí detrás de un barbijo básico descartable) diciendo que estaba sorprendido.  La participación de miembros del gabinete en esos ágapes es "inaceptable", sentenció. Informó también que ya había pedido a la prefectura de policía la apertura de una investigación administrativa
"O bien esos hechos son falsos y no se puede, por lo tanto, lanzar calumnias; o bien, son verdaderos y las personas deben poder ser procesadas y, supongo, condenadas por haber organizado esas cenas", enunció Darmanin con estricta lógica cartesiana. 
Para Marlene Schiappa, ministra delegada a la Ciudadanía, si se confirma que ministros y diputados participaron en esas reuniones clandestinas, éstos deberían "pagar una multa y ser sancionados". Dejó entrever, además que deberían renunciar por manchar al gobierno.
El procurador de la República, Rémy Heitz, declaró que ya había remitido el caso a la Brigada de Represión de la Delincuencia contra la Persona (BRDP) de la policía judicial de París para que comiencen las investigaciones bajo los cargos de "puesta en peligro de la vida ajena y trabajo no declarado". El organizador podría recibir una condena de un año de prisión y una multa de €15.000; para los participantes, dos multas de €135: una por no utilizar barbijo y la otra, por no respetar el toque de queda.

Para el organizador, un año de prisión y multa de € 15.000; para cada comensal, € 270 por no usar barbijo ni respetar el toque de queda. Y si nobleza obliga, la renuncia.


A principios de febrero, Chalençon, famoso en Francia por coleccionar objetos que pertenecieron a Napoleón Bonaparte, difundió por youtube una entrevista en la que decía que tenía la intención de crear con su amigo Christophe Leroy  un “club de gastrónomos”, el Club Vivienne, en donde recibiría dos veces por mes, para almorzar o cenar”.  Y según él, el lugar “puede recibir entre 6, 8 y 10 personas en diferentes salones”.
Los franceses crearon una cuenta twitter #OnVeutLesNoms ("queremos los nombres") para que los comensales arrepentidos o los testigos den a conocer quiénes participaron de alguna cena vip durante el confinamiento