En el lago de Epecuén, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires ubicado a 10 kilómetros de Carhué y que quedó desolado tras una inundación en 1985, se batió un nuevo récord mundial.
Con el fin de ingresar en el famoso libro de los Guinness, casi dos mil personas personas flotaron en línea y tomadas de la mano durante 30 segundos para superar la marca lograda por los taiwaneses, quienes en 2014 llegaron al número de 643 personas flotando al mismo tiempo.
En el marco de la Fiesta Provincial del Turismo Termal en Carhué, tal cual estaba planeado desde la organización del municipio, a las 16 comenzaron a ingresar al lago todos aquellos voluntarios que participarían del evento. Aunque tardaron más de lo previsto por el éxito de la convocatoria, ordenados y distribuidos según su experiencia en natación, los bañistas de entre 10 y 80 años que llegaron desde distintos puntos de Buenos Aires y de provincias más lejanas como Formosa, Jujuy y Tucumán lograron el objetivo con un solo intento.
Historia. El lago Epecuén se perdió como atracción turística por las inundaciones de 1985. Con el paso del tiempo y el retiro de las aguas, a partir de las propiedades terapéuticas del lago determinadas por la alta salinidad que tiene, similar a la del Mar Muerto, el espejo de agua se recuperó como destino para cientos de personas que concurren a menudo.
Polémica tecnológica. Sin embargo, no todo fue puro festejo para quienes participaron de la prueba.
Aunque Natalia Ramírez Talero, una jueza colombiana enviada especialmente por la organización internacional Guinness fue la encargada de confirmar que el pueblo había logrado la hazaña tan esperada, la validez del récord fue cuestionada Pablo Funes, dueño de un drone que capta tomas desde el aire en toda la provincia, que presentó una denuncia penal ya que el desafío fue registrado por otra nave que no tenía habilitación de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAc) para volar.