Un escándalo sacudió la ciudad de San Pedro luego de que increparon al obispo que "protege" al cura imputado en la causa por abuso sexual infantil en el jardín de Belén, en la provincia de Buenos Aires. Se trató de un grupo de padres que irrumpió en la diócesis para "pedir explicaciones" en el marco del inminente juicio, por lo que fueron agraviados y echados del lugar.
"Solo queríamos dialogar y una explicación de por qué en casi cuatro años de la primera denuncia no recibimos una llamada, un contacto y no nos atendieron cuando es lo primero según el protocolo establecido por el papa Francisco en estos casos", contó a PERFIL Carla Vitale, una de los tres denunciantes que protagonizaron el video que se volvió viral en las redes.
"Nosotros no tenemos odio, tenemos dolor, solo necesitamos una respuesta", agregó la mujer, en la antesala del juicio contra el cura Tulio Matiussi y otros dos imputados por abuso sexual agravado contra cinco menores en el jardín Belén de la localidad bonaerense de San Pedro, bajo la órbita judicial de San Nicolás.
Con el celular en la mano, un tono sereno y hambre de respuestas, los denunciantes interrumpieron el almuerzo que reunió a religiosos de numerosas diócesis en la parroquia San Roque al norte de la provincia de Buenos Aires para dar con el obispo Hugo Santiago.
"(Santiago) Dijo públicamente que le creía a este cura a quien se llevó a vivir con ellos para proteger y difamó a mi familia como estrategia", fueron las palabras de Vitale en un extenso escrito que acompañó el video. El obispo es señalado por los denunciantes como el responsable de que el sacerdote Matiussi -que vive con él actualmente- haya salido en libertad a la espera del incipiente juicio oral.
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La respuesta del obispo de San Nicolás, Hugo Santiago
En el video, los padres finalmente son recibidos por el obispo Santiago, quien al principio tuvo una actitud que aparentaba ser "conciliadora" pero que derivó en frases como "ustedes les creen a la denunciante".
Además, el obispo insistió en que "no tenía problema en hablar" pero siempre que no lo filmaran. "Es nuestra manera de protegernos", respondió Vitale.
Por otro lado, en el video se lo ve a Santiago eludir el tema de la acusación contra el cura supuestamente "protegido" por su iglesia, la cual calificó de "no ser tan clara", e insistió con que esa situación "la tiene que resolver la Justicia", ante el desesperado pedido de los padres para que "diera la cara".
Además, el obispo puso en duda los resultados de las cámaras Gesell realizadas sobre los menores mediante una carta difundida en la comunidad, en la que excusaba al sacerdote del delito y suponía que la causa estaba armada "especialmente por una madre, perteneciente a una familia poderosa económicamente", según documentación a la que accedió PERFIL.
Insultos, empujones y amenazas que terminaron con la llegada de la policía
En el escandaloso encuentro, en defensa del eclesiástico algunos de los asistentes del almuerzo terminaron increpando a los padres, quienes recibieron insultos, empujones y amenazas, e incluso fueron finalmente denunciados ante la policía.
Entre ellos se destaca la mujer que se indignó ante las preguntas de los padres, a quienes tildó de "maleducados" y cuya actitud pasó rápidamente de la vehemencia a la agresión verbal.
Se trata de la empleada municipal Marisa Corvalán, quien curiosamente trabajaba en el área de Políticas de Género, Mujeres y Diversidad de la subsecretaría de Género de San Pedro, y quien fue suspendida tras la viralización del video.
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Por su parte, los integrantes de la comunidad religiosa dijeron sentirse increpados y denunciaron a los tres padres por "violación a la propiedad privada" y golpes, además de solicitar una perimetral, según informaron medios locales.
"Ya no podemos más, necesitamos justicia. Esta no es una lucha por mi hija sino por todos. Queremos que la sociedad vea quiénes están acá cuidando a nuestros hijos. Que no tengan miedo a denunciar, a que los amedrenten", subrayó Vitale, quien fue la primera madre en denunciar los abusos ante la Justicia a finales de 2017.
Los imputados a la espera del inminente juicio por abuso sexual agravado contra cinco menores son el sacerdote Tulio Matiussi, exrepresentante legal del jardín Belén de San Pedro, la catequista Luján Rubíes y el portero Anselmo Ojeda, quien tiene prisión domiciliaria.
CD / ED