Descendía de daneses, no hablaba mucho y tendía a relativizar las cosas que había hecho a bordo de su helicóptero UH-1H matrícula AE-424 en la Guerra de Malvinas, pero el teniente coronel Jorge Rodolfo "Picho" Svendsen, fallecido este jueves, fue un héroe de guerra gigantesco, y quienes lucharon a su lado en aquellos días terribles de 1982 jamás lo olvidarán.
Svendsen es velado hasta la medianoche del jueves 10 en la Cochería Vera (Piñeiro 987 Bella Vista, partido de San Miguel), mañana la ceremonia de adiós se extenderá de 12 a 15, y luego sus restos serán trasladados Cementerio de San Miguel.
Sin medir riesgos, ante un enemigo inglés que superaba en armamento a todo lo que pudieran oponer las fuerzas argentinas, Jorge Svendsen protagonizó con su Bell UH-1H numerosos episodios de peligro extremo, arriesgando su vida para llevar comandos al frente o asistir a quien lo necesitara, misiones entre las que sobresale el rescate del teniente de navío César Arca, piloto que se había eyectado de su A-4Q Skyhawk luego de atacar a la fragata Tipo 21 HMS "Ardent", que resultó hundida.
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El aparato de Arca recibió durísimo fuego inglés luego de ese ataque, y aunque el piloto argentino intentó llegar de nuevo a Malvinas, los daños de su Skywalk eran terminales y debió eyectarse en el mar frente a Puerto Argentino.
Cuando le avisaron a Svendsen, este salió de inmediato junto al sargento primero Miguel Santana y al cabo primero Martín San Miguel, pero el helicóptero no tenía elementos de rescate en el mar y luego de varios intentos infructuosos de lanzarle una soga, que Arca trataba de asir pero al límite de sus fuerzas y con una mano quebrada no conseguía hacerlo, "Picho" arriesgó hasta el límite y llegó a hundir la parte inferior de su helicóptero en el agua, para que Arca pudiera salvar su vida.
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La proeza de Svendsen, en sus propias palabras
La simpleza con la que Svendsen contaba esa contingencia de guerra puede verse en este viejo video de Malvinas, que no hace sino resaltar su modestia, la misma que exponía cada vez que debía contar el hecho ante cadetes militares y hasta en la escuela de aviación de Don Torcuato, donde fue instructor varios años:
De la tarea de los helicópteros argentinos en Malvinas, el balance cuenta que volaron unas 1.500 horas en acciones de extremo peligro, y de ese total, unas 500 horas las protagonizó el Bell de Svendsen.
En las redes de Sean Eternos los Laureles se recuerdan algunos detalles de ese rescate, como que Svendsen le ordenó al cabo San Miguel que "no dejara de ninguna manera que Arca se durmiera o desmayara" en el regreso a baja altura a las islas, y que así el suboficial vino durante todo ese trayecto dándole continuos "sopapos" al piloto extenuado y casi congelado, al que le gritaba en forma constante que le dijera su nombre y rango, escena que años el mismo Arca recordaría entre sonrisas, por la "paliza" que había recibido tras su milagroso rescate.
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El teniente coronel Svendsen recibió por el rescate del piloto Arca la medalla “La Nación Argentina al Valoren Combate”, y el teniente general Martín Balza, recordó ese episodio en una de sus "misceláneas malvineras" que publicó en el Diario PERFIL. En ese texto, Balza recuerda: "El capitan Svendsen rescató con su helicóptero, el 21 de mayo, a un piloto naval eyectado al este de Puerto Argentino, pese a la presencia de aviones enemigos en la zona, en una operación de sumo riesgo y debiendo sumergir en el agua parte de la estructura de la aeronave. El 28 de mayo, después de trasladar a Darwin, frente a fuerzas numéricamente superiores del enemigo, a efectivos que debían participar en combate, se dirigió por propia iniciativa a la zona en que más arreciaba la lucha, descendió con máquina bajo intenso fuego y rescató heridos para ser trasladados al Hospital Militar de las Fuerzas Armadas".
Y cita además textuales del propio Svendsen, sobre aquel rescate de Arca:
El rescate fue difícil y arriesgado, y todos estábamos pendientes de él. Así lo relata el capitán Svendsen: "Al tocar agua nos acercamos, observando que el piloto estaba consciente, entonces le ordené al sargento primero Santana, que era mi copiloto, que controlaba la parte del instrumental, y al cabo primero San Miguel, que se desempeñaba como artillero de puerta, que cuando me acercara al piloto en el agua tratara de tomarlo para introducirlo en la cabina"
“En esta acción, tratando de sacarlo del agua, hubo varios intentos en vano, durante unos 15 minutos, pues el salvavidas que llevaba puesto el piloto no le permitía el movimiento de los brazos y el reflujo producido por el rotor lo alejaba de la aeronave o lo empujaba debajo de ésta. Con mucho acierto y luego de muchos intentos, el piloto me hizo una seña para que me alejara y poder así sacarse el chaleco salvavidas. Ya con los brazos libres pudo, en el siguiente intento, y con la ayuda del cabo primero San Miguel, parado en el esquí del helicóptero, tomarse con su brazo y "colgarse" hasta la costa, donde personal de las posiciones próximas nos ayudó a acostarlo dentro del helicóptero; rápidamente, lo llevamos al Hospital Militar de las Fuerzas Armadas para que recibiese la atención médica adecuada. Esa noche, los integrantes de la tripulación lo fuimos a visitar al hospital, donde nos enteramos de lo sucedido durante ese día. El teniente de navío Arca, hasta que nosotros lo sacamos del agua, había realizado, junto con otros aviones de las mismas características (Skyhawk), un ataque a buques ingleses que se encontraban en el estrecho de San Carlos, a la vez que había recibido disparos desde una fragata inglesa. Perseguido por un Harrier que lo averió seriamente, decidió hacer un aterrizaje en Puerto Argentino, que no pudo lograr por lo comentado anteriormente. El teniente Arca le decía, en tono de broma, al cabo primero San Miguel, que, pese a haber pasado por todo eso, lo que más le había dolido eran las cachetadas que él le había dado, y que esperaba reponerse para poder desquitarse (teníamos que proporcionarle calor de cualquier forma)", agregó Svendsen.
HB