Pobladores de Juan Bernabé Molina, un pueblo de menos de 2 mil habitantes ubicado a 85 kilómetros de Rosario, encontraron varios bultos en zonas rurales con unos 200 kilos de cocaína. Se cree que esa literal "lluvia de droga" es parte de los habituales vuelos de avionetas del narcotráfico, que dejan caer su carga y regresan a sus lugares de origen, generalmente Bolivia. Esta vez, a la vista de esos hallazgos en el campo cercano a Molina, el "operativo" de los narcos claramente fracasó y así esos 200 kilos de cocaína en vez de ir a manos de quienes la esperaban, fueron encontrados por azorados vecinos que estaban cazando liebres y no podían dar crédito a lo que veían.
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La droga fue encontrada en diferentes momentos desde el pasado domingo hasta este miércoles por la tarde. Según detallaron testigos de esos sucesos, pero el primer hallazgo ocurrió el domingo, cuando un grupo de personas que estaban justamente cazando liebres en las afueras del pueblo se topó con bolsos, en los que había unos 85 kilos de cocaína.
Denunciado el tema a las autoridades, intervino un equipo de Gendarmería Nacional, y tras rastrillar la zona de ese primer hallazgo se terminaron encontrando entre martes y miércoles otros dos paquetes más con droga.
Así se indicó que el martes se hallaron dos bolsas con 84 paquetes, y el miércoles aparecieron otras tres bolsas, cuyo peso total oscila entre los 100 y los 120 kilos. Así sumados al hallazgo inicial del domingo, la carga total de cocaína descubierta rondaría finalmente los 200 kilos.
Estos hallazgos de drogas en zonas rurales o fronterizas tiene numerosos antecedentes, y hace pocos días, el domingo 17 de abril, en la zona rural de Rancagua, cerca de la localidad bonaerense de Pergamino, también se encontraron varios bultos de papel metálico en un lote de soja.
La droga en Juan B. Molina fue encontrada en varios bultos, desde el pasado domingo hasta este miércoles por la tarde
Allí se encontraron en primera instancia unos 90 kilos de 90 kilos de cocaína y en ese momento, el juez federal de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo y el fiscal Matías Di Lello dispusieron nuevos rastrillajes. Así a unos 500 metros, se hallaron más envoltorios con droga, que sumaban 60 kilos más de cocaína. Se informó que los ladrillos con la droga estaban semienterrados en los lotes y que los panes tenían estampado el logo de la serie animada Thundercats.
Tras ese operativo se pudo comprobar que los paquete eran idénticos a otros que habían sido secuestrados tres meses antes, el 19 de enero, durante un operativo que incluyó vigilancias encubiertas entre los maizales y culminó con la detención de cuatro personas y el secuestro de 130 kilos de cocaína que habían sido arrojados desde una avioneta procedente de Bolivia.
NA/HB