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El drama del hambre

Quejas desde los comedores populares, obligados a ofrecer platos a base de polenta y harinas

Los referentes de los comedores señalan que "cada vez viene más gente" por el avance de la pobreza, y "no podemos ofrecer una alimentación variada", ya que "entre la polenta y harinas que se envían, cada tanto y de manera excepcional aparece alguna legumbre". El caso de Margarita Barrientos.

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comedores populares durante la pandemia | NA y Cedoc

Uno de los tantos flagelos que hoy preocupa al país es la pobreza, en especial la infantil, que supera el 50%. En ese sentido, los comedores populares juegan un rol fundamental para tratar de atender el hambre que muchos argentinos, desde niños hasta jubilados.

A partir de los diferentes testimonios de personas u organizaciones que administran esos comedores, puede afirmarse que la situación, de por sí dramática, ha empeorado, ya que en su mayoría los alimentos que se sirven son escasamente nutritivos. Así desde los comedores se indica que los alimentos básicos son polenta y harinas que se envían desde el Ministerio de Desarrollo Social que maneja Juan Zabaleta, lo que en el caso de los chicos representa un problema grave que pone en jaque su desarrollo.

Otro de los datos que surge de esos testimonios, y en los que todos los referentes de los comedores coinciden, es que se incrementaron mucho las personas que asisten a comedores y merenderos, en especial jubilados. Además señalaron que el ministro Zabaleta "promete mejorías que no aparecen" y que "entre la polenta y harinas que se envían, cada tanto y de manera excepcional aparece alguna legumbre". Algo tan básico como las frutas, verduras, carne y pollo hoy parecerían ser un lujo.

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Belliboni: "La calidad de la comida es malísima"

Referente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni confirmó que se incrementó la cantidad de gente que va a los comedores populares. "No solo están yendo personas desocupadas, precarizadas, sino también, trabajadores en blanco con salarios muy bajos", agregó el dirigente social.

“La calidad de la comida es malísima, al punto que una organización, no nosotros, fueron al Ministerio de Desarrollo Social y tiró toda la polenta que durante meses era lo único que entregaban junto con un poco de harina y yerba”, aclara el dirigente.

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Belliboni explicó que sus compañeros "organizan actividades sociales para juntar dinero para comprar un poquito de alita de pollo y verduras", que aporten un poco más de nutrición a un arroz o un fideo que manda el Estado.

Silvia Saravia, dirigente de Barrios de Pie, afirma que hay alimentos que llegan de manera interrumpida a los comedores, algo por lo que reclaman frente al ministerio.

“Debería llegar una vez por mes a varias provincias los alimentos, nunca llega a tiempo, o sea creo que desde que empezó la gestión nunca llegó en el momento en que tenía que llegar y los productos que llegan son muy malos”.

Y agrega “durante la pandemia se incrementó mucho la cantidad de personas que asisten a los comedores en todo el país. Los comedores y merenderos se sostienen porque muchos compañeros y compañeras ponen de sus bolsillos”.

Recibir harina para el pan y vender

Por su parte; Eva Gutiérrez, referente del Polo Obrero Tendencia, administra 300 comedores y 400 merenderos y cuenta que todos los meses anteriores recibe harinas, polenta, arroz, aunque en mayo no recibió harina. Un producto fundamental para ellos porque cuentan con hornos y hacen pan o tortillas para vender y poder comprar alitas de pollo o en algunos casos carne para completar la nutrición.

No recibimos productos frescos, no recibimos ningún tipo de verduras, ni carne. Tenemos comedores como en Chaco donde contamos con huertas y de ahí se saca para verduras. Pero son pequeñas y no alcanzan”, afirma la dirigente. Y agrega, “hay compañeros que van y piden en el barrio en alguna panadería y acorde a lo que le dan hacen facturas, otros hacen bizcochuelo o hacen pastaflora cuando recibimos membrillo”.

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Margarita Barrientos, con donaciones privadas

Por último; Margarita Barrientos, administradora de cuatro comedores de la Ciudad de Buenos Aires, cuenta que en su comedor la gente "recibe todos los días carne y pollo", aunque aclara, que "es por las donaciones que recibe permanentemente y no por el Gobierno".

También cuenta que brindan las cuatro comidas del día y que incrementó mucho la concurrencia de personas a los comedores, en particular los jubilados. Explica que este incremento se debe a que los ingresos de la gente no les alcanza y por falta de trabajo.

“El Gobierno de la ciudad nos da una parte y nosotros compramos otra parte importante de los alimentos, cerca de 200 mil pesos de carne y pollo. Frutas ya no compramos porque preferimos que estén bien alimentados con el plato principal”, aclara Margarita. Y agrega, “nosotros tratamos de comprar en los mayoristas porque es un poquito más barato, pero no crea que mucho más”.