Con la alianza estratégica para producir una vacuna que ponga fin al dolor de la pandemia, los gobiernos de Argentina y México consolidan su juego en tándem a nivel regional a fuerza de soft-power, comercio –aún incipiente– y multilateralidad. Y el lunes, ese proyecto compartido ocupará una parte importante de la cumbre virtual convocada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde varios de los países miembros ya manifestaron interés en acceder a las dosis en 2021.
La expectativa está puesta en que los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a cargo de la presidencia del bloque, y el de Alberto Fernández, expliquen en la reunión los alcances de la futura vacuna y las formas cómo podría garantizarse una distribución equitativa.
Fue una de las demandas reiteradas por ambos líderes y sus representantes en diversos foros y cumbres internacionales, desde el G20 a las Naciones Unidas, pasando por encuentros de los cancilleres latinoamericanos con China, Europa y hasta en el seno del progresista Grupo de Puebla.
“El próximo lunes 17, Paraguay se sumará al encuentro Celac organizado por México y Argentina, donde estos países realizarán una propuesta concreta basada en los acuerdos alcanzados con el sector empresarial mexicano para producir alrededor de 250 millones de dosis, que estarán disponiles para toda la región, en condiciones de accesibilidad consistente con las realides de los países que forman parte de ella”, detalló ayer un informe de la Cancillería paraguaya.
El gobierno de Mario Abdo Benítez reveló también que “ha instruido a sus representaciones diplomáticas, incluidas las de Argentina y Brasil, en el sentido de tomar contacto directo con los laboratorios que producirán la vacuna anti Covid-19”. No sería el único. En la presentación del proyecto en tierras mexicanas, un día después que en Argentina, la representante local de AstraZeneca, Silvia Varela, mencionó a Chile, Colombia, Panamá y El Salvador como otros potenciales interesados.
También dijo que el número de dosis podría alcanzar las 400 millones a lo largo del primer semestre de 2021, casi la totalidad de la población de América Latina y el Caribe si se descuentan los 210 millones de brasileños. El país de Jair Bolsonaro tiene su propio acuerdo para la investigación –y posible producción– de la vacuna de Oxford.
Consultado respecto a estos números y una futura coordinación binacional en la distribucipon, fuentes del Ministerio de Salud de la Nación se inclinaron por la cautela. Aseguraron que no se estableció aún esa mecánica.
Tampoco quisieron contestar respecto a las consultas tempranas de países por la vacuna sino que derivaron la pregunta hacia los laboratorios involucrados, al tratarse de un entendimiento privado. Solo recalcaron que la Argentina se reservó poco más de 22 millones de dósis, lo que cubriría a poco menos de la mitad de su población.
Así y todo, aclararon que la apuesta por esta vacuna no inhibe los acuerdos del Gobierno con otros laboratorios con distinto grado de desarrollo en sus proyectos, como el de Pfizer. Ni siquiera le cierran la puerta a la vacuna rusa, con quien la Argentina mantiene una asociación estratégica integral y a cuyo presidente Fernández le dirigió una carta celebrando el registro oficial de la Sputnik V.
