Desde ayer, muchos mexicanos acercaron sus ofrendas al Estadio Azteca en donde Diego Armando Maradona fue la estrella indiscutible de la Copa Mundial de FIFA 1986, en la ciudad capital. Este fue el escenario de dos secuencias que ningún fan del astro argentino olvidará: el gol de la “Mano de Dios” y un recorrido increíble por el campo de juego dejando a su paso a siete contrincantes que no pudieron contra él. En señal de respeto, además, en los partidos de ida de los cuartos de final de la Liga MX se realiza un minuto de silencio en cada encuentro.
De este lado del Atlántico, el presidente venezolano Nicolás Maduro, dijo por televisión que había hablado con Maradona el 30 de octubre, para saludarlo por su cumpleaños, que le prometió que iría pronto y sorprendió a unos cuantos al decir que el argentino “rechazó los contratos laborales en los que le exigían abjurar del chavismo”.
Maduro reveló también que Maradona realizó operaciones confidenciales para Venezuela: “nos ayudó en algunas cosas secretas para traer alimentos al pueblo de Venezuela”. “Jamás te voy a traicionar, estoy con vos', subrayó.
Y aunque los napolitanos sin duda son los que le tributan el más sentido homenaje comunitario fuera de Argentina, con una larga noche en vela y llanto sin consuelo desde hace más de 24 horas, en Galicia no quieren echarse a menos.
Como si todos quisieran tener algo de derecho a una partecita del ídolo en su paso por este mundo, los medios gallegos desempolvaron una vieja genealogía que dotaría a los ancestros de los Maradona un origen lucense. Así, desde ayer, la filóloga Concepción Fernández López, autora del artículo «Un apellido de Lugo: Maradona», es tan citada como las palabras del Diez argentino.
«Este nombre que, llevado por un argentino, parece que suena italiano, es el de un lugar de la Mariña lucense, de la comarca de Ribadeo», volvió a explicar la genalogista.
La Asociación de Fútbol de China salió a decir que fue “el rey del fútbol”. El diario hongkonés South China Morning Post recordó su paso por allí, en 1982, cuando sólo tenía 22 años y ya deslumbraba. Fue cuando Boca jugó contra el equipo local Seiko.
El periodista deportivo chino Xu Jiren, de la agencia estatal de noticias Xinhua, trazó también su semblanza: “La gente puede que perdone la ‘mano de Dios’ o sus asuntos violentos, pero no pueden perdonar a los cielos por llevarse al rey del balón de forma tan ansiosa. Maradona nunca fue un hombre perfecto, sino un genio nacido para el fútbol"
"Tenía el doble de defectos que la gente corriente, pero su talento era varias veces superior. Maradona se ha ido. El fútbol ya no es perfecto”, dijeron en China.
Maradona le dio 161 goles a Europa. En agradecimiento, todos los partidos de fútbol que se jugaron hoy en la Liga de Campeones de Europa y la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) fueron precedidos por un minuto de silencio.
El ídolo popular comenzó en Barcelona (1982-1984) su rally de éxitos por el Viejo Continente. Luego llevó al Napoli a la gloria (1984-1991), haciéndole ganar los títulos de la Liga, Copa y Supercopa de Italia, además de la Copa UEFA. Su siguiente tramo europeo sería Sevilla (1992-1993).
En Calcula recordaban hoy con ofrendas florales e imágenes de archivo la estatua de 10 metros que él mismo inauguró en 2017, junto a su pareja de entonces, Rocío Oliva. Se pintaron el tercer ojo en la frente, se acercaron a la sede central de las Monjas de la Caridad, la orden que lideró santa Teresa de Calcuta, y visitaron chicos que padecían cáncer.
Las radios de Israel también recordaron sus tres partidos en el país, la entrevista con Isaac Rabin y la conmovedora visita al Muro de los Lamentos.
A su vez, en Siria, el artista Aziz al-Asmar, conocido porque intenta embellecer los muros de la ciudad que fueron destruidos por los atentados y bombardeos que azotan el país desde 2011, pintó a toda velocidad un mural en homenaje a Diego Armando Maradona sobre una de las paredes rotas de la ciudad de Binnish, provincia de Idlib, al noroeste del país.
En todas partes, haya estado o no, Diego Armando Maradona dejó una estela.
