El cineasta italiano Paolo Sorrentino filmará “Fue la mano De Dios”. Inevitablemente el anuncio generó más revuelo en Argentina que en Italia. Para los argentinos “la mano de Dios” tiene un único significado: el gol de Diego Maradona contra Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México 1986. Pero para Sorrentino el signifcado es otro; uno único, muy personal. Y además muy doloroso.
Por ahora Sorrentino, conocido sobre todo por “La grande belleza”, lo único que dijo sobre "È stata la mano di Dio" (Fue la mano De Dios) es que “por primera vez en mi carrera representa una película íntima y personal. Un ejercicio de formación a la vez alegre y doloroso.” Y también que está “entusiasmado con la idea de volver a filmar en Nápoles, exactamente veinte años después de mi primera película”. (N. de la R.: L'uomo in più -Un hombre de más-, de 2001).
Como se sabe, Paolo Sorrentino nació en Napolés, y allí también Maradona es un ídolo más que popular, un héroe deportivo. Diego jugó en el Nápoles con esa casa celeste logró dos títulos de Serie A (1986/87 y 1988/89), una Copa Italia (1986/87), la Supercopa (1990) y una Copa UEFA (1988/89). Y sobre todo hizo que el sur pobre de Italia se imponga en el fútbol, al norte rico. Quizá por el riguroso contrato que Netflix impone a todos quienes contrata es que Sorrentino no develará por ahora de qué va el guión de “Fue la mano de Dios”.
Se supone que la apreciación de Sorrentino sobre su nuevo proyecto como “íntimo y doloroso” sí remite a Maradona y a una tragedia familiar que marcó al director. Y tiene que ver con algo que dijo en una entrevista de 2015: “Aparte de todas las cosas que he dicho antes sobre Maradona, involuntariamente me salvó la vida. Perdí a mis padres cuando tenía 16 años, a causa de un accidente con el sistema de calefacción en una casa en las montañas donde siempre solía ir con ellos. Ese fin de semana, no fui porque quería ir a ver a Maradona y al Napoli jugar un partido en Empoli, y eso me salvó la vida.”
EI / DS