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Pola Oloixarac: “¿Cuántos cajones de Herminio quieren quemar por semana?”

La escritora participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de la Escuela de Comunicación. La derrota en las PASO y del futuro del peronismo. Aníbal Fernández como “el Rodolfo Ranni de la resaca peronista”. Y el “paciente psiquiátrico” Javier Milei.

Entrevista a Pola Oloixarac 20211015
Entrevista a Pola Oloixarac | Captura de pantalla

Pola Oloixarac participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, en la que se refirió a la pérdida de poder de Cristina Kirchner. “Quemó totalmente el capital político que tiene. Ya está frita. Y eso es una bendición para el peronismo”, sostuvo.

La escritora y analista política en La Nación también le aconsejó a Alberto Fernández que deje de “victimizarse”. “Le convendría mucho más afirmarse como líder. Pero, para afirmarse como líder él debería tomar acciones. Debe generar políticas más allá de actos de comunicación”, afirmó Oloixarac en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

¿Qué piensa sobre el fenómeno de la política argentina actual, Javier Milei?

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Milei me parece interesante porque encarna un tono, el de la bronca, del enojo. Siento que dentro del relato de la política argentina está la fantasía cristinista: ella tiene un tono de voz, es la voz autoral, es lo que dice Vallejos, por ejemplo, en ese audio leakeado totalmente a propósito para mandar el mensaje. Vallejos dice que la voz del pueblo es Cristina, hablando de este contrato de “lectura-escritura” de la voz de quien relata, que vendría a ser Cristina. El pueblo se expresa pero, a la vez, estaría atento todo el tiempo a qué le está diciendo la voz de su conciencia, que vendría a ser Cristina. Milei sintonizó en un tono auditivo, un pinch de bronca, de horror, que los demás no manejan, porque en Juntos por el Cambio estaban muy preocupados por no parecer muy agresivos con el oficialismo. Estaban muy ocupados en cómo ellos leen a los focus groups en su propio comportamiento. En cambio, Milei es un paciente psiquiátrico. El tipo pertenece a una guardia psiquiátrica. Una persona que se saca con Sol Pérez o con cualquier pregunta, sobre todo con mujeres. Siempre está necesitando recurrir a la autoridad: la autoridad que es él porque él estudió. Eso no lo hace ni una persona educada ni inteligente. Lo veo como una especie de persona abusada: él contó que la relación con su padre fue horrible. Y cuando él habla del Estado y todo lo que el Estado te hace, él habla de su papá, eso se ve cuando habla del Estado y cómo te quiere hacer mierda el Estado. Es interesante que tantos jóvenes y gente piensan en un tono que los políticos no se lo responden, no se ven representados en esa escucha, no les suena nada de lo que les dicen. Me parece que eso fue como una especie de golpe de realidad demasiado duro y generó esta especie de despertar en un punto. Ahí es donde entra Milei y es interesante que se llama Milei: “Mi ley”, o sea, la ley es mía. En un país donde no hay justicia ¿qué es lo que hay? “Mi ley, o sea la ley que soy yo”. Lo veo así como una especie de fenómeno psicopolítico.

Hizo un análisis sobre el fenómeno psicopolítico de Milei y lo comparó con la voz de Cristina. ¿Cuál sería ese análisis psicopolítico de Cristina?

—Para mí, ahora, Cristina se puso seria porque se puso las leggins de cuero, no sé si la vieron. Cada vez que se relanza, ella se pone leggins de cuero, que le quedan bárbaras, reajustadas. Fue algo que hizo justo después de una caída, en 2011, lo vuelve a hacer on and on. A mi me parece que se encontró con un problema literario esta escritora: se rompió su conexión con los lectores. Se rompió el tejido de la suspensión del descreimiento que sostiene a la ficción. Toda la movida de bajar a los ministros es justamente para ponerse ella en la posición de poder que ya no tiene, porque esos votos que perdió, que se los perdió con Milei, Juntos por el Cambio y otras opciones, ya no le pertenecen a ella, ni siquiera a La Campora. Muchísimo menos le pertenecen a Máximo y si no son de su heredero ni son suyos, ¿qué le queda a ella? Sobreactuar. Sobreactuar el poder que no tiene. Así que yo creo que ella está en esa. Está muy ocupada también: todo el tiempo nos enteramos de que hay un nuevo sobreseimiento. No sé; yo pienso que por ahí una vez que le saquen las causas más importantes vendrá el tiempo de tener alguna enfermedad, de ir a Cuba y chau. Y en Cuba se enamora de algún oligarca cubano y está regia ahí. “Y, perdón, no puedo volver, el amor…”. Ya está. Quemó totalmente el capital político que tiene. Ya está frita. Y eso es una bendición para el peronismo. El problema que realmente tienen es que no tienen ningún plan. Le dieron demasiado a los delfines, confiaron en La Campora y ellos tampoco tenían un plan ni sabían escudar absolutamente nada. Hasta que no tengan una idea de en qué les gustaría trabajar, no está muy bien la fuerza del Frente de Todos. No pueden seguir repitiendo el cantito “Cristina nos quiere. El peronismo no sé qué…”, porque no hay ningún recuerdo a mano de todo eso. Lo que tratan de hacer Cristina y Alberto es muy difícil: montar la idea de un relato donde hay una épica de un pasado mágico que nadie se acuerda, que nadie tiene ninguna idea. Entonces, siempre son recuerdos de relatos anteriores, nunca de nada qué pasó concretamente. La pandemia fue tan material, en el sentido de esto es lo real, esto es lo que hay, estás acá, estás vos solo, esta es la gente con la que elegiste vivir, no hay ningún lugar dónde escapar.

¿Qué opinas acerca de los mensajes que le envió Anibal Fernández a Nik?

—Me pareció increíble toda esa saga. Aníbal es como los personajes que interpretaba Rodolfo Ranni en los policiales de los años 80, que eran como la mano de obra de milicos que se quedaron sin trabajo y terminan en el mundo del hampa. Lo veo así a Aníbal, ahora. Justamente, un Ministro de Seguridad que siempre está como en matufias, en cosas raras. Me parece totalmente inexcusable lo que hizo. Preguntarse si tiene hijos y a dónde van los hijos, para responderle a un ciudadano común que ni siquiera se había dirigido a él: “Como me molesta tu opinión; no quiero de estas opiniones y quiero además que el resto de los famosos que andan dando vuelta con sus opiniones sepan que yo sé a dónde van los hijos de todos ustedes y les puedo hacer pasar un mal momento”. Me parece gravísimo. Me parece tan obvio que es grave que me parece más grave aún que su propia fuerza no lo marque. ¿Cuántos cajones de Herminio quieren quemar por semana? Me parece que perdieron todo tipo de conexión. ¡Es muy difícil justificar posiciones así! Me parece más grave todavía que cuando se dio cuenta que había generado todo un problema, lo manejó muy mal también. Terminó prepoteándolo más todavía. No sé. Me parece muchísima falta de inteligencia en las comunicaciones. Aníbal, igual que Alberto, no escucha a la gente a la que paga para asesorarlo. Se dejan llevar por sus propias palabras y bueno, deberían darse cuenta. No hacen un manejo inteligente de la comunicación; se embarran. Se volvieron como un mausoleo.

—¿Qué opina sobre la designación de Juan Manzur como jefe de Gabinete?

—¡Manzur! La renovación. ¿Cuál? Son lo que era el antiguo Gabinete de Néstor, que estaba Manzur, que estaba Aníbal. Son zombies de sí mismos. Pero claro, son zombies como trasplantados en este cuerpo, mezclados. Como que tenés el cerebro de Cristina y el cuerpo de Alberto que es el que viaja en avión, el que se sube a la carretilla, el que hace como las actividades de ser viviente.

Hace poco dijo en una entrevista que le encanta escribir sobre política porque es “el gran show contemporáneo”. De estos últimos tiempos, ¿cuál es el “show” que le despierte interés?

—Bueno, las PASO me súper interesan. Quiero hacer una nota. Las veo como el relato de la decepción. Tenés a Máximo festejando, trayendo a la mamá ahí. ¿Por qué tenía que estar Cristina ahí? Ella jamás está presente en ninguna derrota: es su marca. Estaba ahí porque estaba el goma este. Al final del día terminas empatizando con Cristina. No la cuidan a ella, no lo cuidan a Alberto. O sea, alguien tiene que tener un mínimo de seso. Evidentemente Manzur no lo tiene, porque está muy ocupado por lo que pasa en Tucumán. Tenés la “tucumanización de la Argentina”. Cada vez nos volvemos más chicos, con presupuestos más pequeños y con problemas más pequeños cuando en realidad el kirchnerismo debería darse cuenta que todos los problemas son creados por las trabas que ellos impusieron. Cuando ellos empiecen a liberar las trabas, la gente puede empezar a funcionar. Todos los problemas que sufre el kirchnerismo los creó el kirchnerismo: cerrar las escuelas, cerrar las exportaciones. ¡Tenés que pensar un poquito! No sirven sus políticas. Tienen que pensar en otra cosa. Es como increíble a la vez. No sé. Me parece que la debacle del albertismo utópico es un tema.

Pola Oloixarac en el Ciclo de Entrevista

A la luz de las PASO, ¿el peronismo se está quedando sin referentes?

—Eso es lo más grave porque estoy segura que hay mucha gente brillante dentro del peronismo y me parece que tienen una vida totalmente tapada. O sea, ¿cómo puede ser que estés reviviendo a Manzur de Jefe de Gabinete? Así como pasa eso debe haber un montón de cosas groseras. ¡Tener a Aníbal! La persona que perdió en la provincia de Buenos Aires, ¿para qué? ¿Para volver a perder más fuerte las elecciones en la provincia de Buenos Aires? Son cosas que realmente no son lógicas. No actúan racionalmente. Hay un montón de gente que debe tener ganas de hacer cosas buenas para el país y que debe tener ganas de trabajar. Por lo menos son distintos, son otra gente. Me parece que lo que hizo bien Juntos por el Cambio es que renovó totalmente la planilla. Fue la gente que dijo: queremos más Macri. Pero, si Juntos por el Cambio terminaba diciendo  “bueno, ahora nosotros vamos con Macri” también hubiera sido un desastre porque habla de la falta de imaginación política y eso es lo que no podes dejar de tener. En un país que claramente tiene muchísimos problemas no podes vender que las soluciones “ya las hiciste”. Me parece crucial que el peronismo cambie sus referentes.

—¿No encuentra ninguna figura en la renovación del peronismo? 

—No me parece que tenga referentes interesantes dando vueltas. La verdad que el discurso de Ofelia (Fernández) me parece con un progresismo muy vacuo. Es como hablar desde el banquito. No es una persona que tiene una posición que es capaz de hablarle un poco más al centro. Se pone en esa posición tipo “no hablemos de la pobreza, cuestionemos a los ricos”. Es como seguir hablando en el café. Te tiene que interesar la pobreza porque queres trabajar para ellos. Ojalá el peronismo encuentre nuevos referentes y ojalá pueda “descristinizarse”. También renovarse, porque “descristinizarse”  va a implicar sacarse todos los problemas que está teniendo con Alberto: no es capaz de tener una personalidad política.

Hizo mención a que Alberto Fernández no escucha a sus asesores. ¿Usted qué le aconsejaría al Presidente?

—Pocas veces uno está “ante la verdad de la farsa”. Creo que eso es lo interesante del gobierno de Alberto. Hay una especie de falta total y absoluta de ideas que no se puede ni siquiera esconder detrás de la falta total de ideas. Si yo trabajara para él le diría que se cuide, que busque lugares donde pueda tener actitudes dignas. No podes ir a Tucumán a inaugurar una planta, que va a salir el año que viene, por dos pesos. Le diría que cambie el discurso de “..mientras ellos están brindando en Miami, yo acá”. Él, victimizandose, queda mucho peor. Le convendría mucho más afirmarse como líder. Pero, para afirmarse como líder él debería tomar acciones. Debe generar políticas más allá de actos de comunicación. El primer acto de comunicación sería callar a Aníbal Fernández, pedir disculpas, empezar a tener una actitud a favor de la población civil, mostrar empatía hacia la población civil.

—Ha sido muy crítica del oficialismo. ¿Encuentra alguna crítica en la oposición?

—Yo ahora no estoy en Buenos Aires pero, en relación a la oposición, votaría a Juntos por el Cambio porque me parece que la gente nueva que tiene es interesante. Me parece que es gente que no es corrupta, que tiene ganas de trabajar. Gente además que yo conozco y que me consta que son apasionados de las ideas políticas y de la historia del liberalismo. Me considero liberal y me parece que dentro de lo liberal, Juntos por el Cambio es lo más cercano. Para mí, Milei es un VOX. De hecho, vino a España y no se juntó con los liberales; no estuvo con la gente del PP. Fue con los de VOX, una derecha racista. O sea, la gente de VOX me odia porque soy argentina, dicen que habría que echarme. Ni que hablar de gitanos, pakistaníes, etc. Están en contra del aborto, como Milei, están en contra del matrimonio gay. Si sos liberal y profesas ideas liberales no te gusta ese tipo de gente. Por eso, no lo votaría a Milei ni loca. Además, porque me parece un paciente psiquiátrico. Y sí; así como está la configuración me gusta Juntos por el Cambio. Gente como Franco Rinaldi me parece espectacular pero quedó afuera. Martín Tetaz, Sabrina Ajmechet son gente valiosa.

—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y la invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.

—Les quiero agradecer por haberme invitado y los quiero felicitar por estar estudiando. Creo que es algo importante para hacer en la Argentina. Y desearles que sean críticos, que tengan ganas de interrogar al poder y no adularlo, que es lo que muchas veces el periodismo cree que tiene que hacer en Argentina, cuando es todo lo contrario. Así que les agradezco, porque yo siento que Perfil es mi alma mater, es dónde empecé a escribir sobre política en los medios.

 

Por Tomás Rodriguez, Natalia Gnes y Luís Aparicio.

Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación en la Escuela de Comunicación