Una ceremonia express y exclusiva. Los restos de Diego Maradona fueron despedidos este jueves 26 de noviembre en el cementerio privado Jardín de Bella Vista por su entorno más íntimo. Sus familiares, amigos y exparejas le dieron el último adiós al astro del fútbol mundial.
Luego de ser velado en la Casa Rosada, un evento que terminó con disturbios y represión hacia los fanáticos que se acercaron a despedirlo al centro de la Ciudad de Buenos Aires, el cuerpo de Pelusa fue trasladado durante cerca de una hora en un cortejo fúnebre desde el microcentro hasta el partido de San Vicente.
Unas cuarenta personas participaron del entierrro, entre quienes estaban sus hijos Dalma, Giannina, Jana, y Diego Fernando; su exesposa Claudia Villafañe; su expareja Verónica Ojeda; sus hermanos Ana, Rita -“Kitty”-, Elsa, Beatriz y Raúl -“Lalo”-; sus sobrinos Daniel López Maradona y Walter “Chino” Machuca; y su exrepresentante Guillermo Cóppola.
El cortejo fúnebre salió de Casa Rosada a las 17.45 y fue abriéndose camino hasta llegar cerca de las 19 a Bella Vista. El féretro fue cargado a mano hasta el lugar del cementerio en el que se encontraban sus padres Dalma Franco "Doña Tota", y Don Diego Maradona.
En el lado izquierdo del féretro y delante de todos, Cóppola llevó la empuñadora. Del otro lado se ubicó Daniel López Maradona; por detrás, Raúl “Lalo” Maradona; Dalma y Andrés Caldarelli, marido de la hija mayor del Diez.
Del otro lado, su hija Jana; el “Pollo” -amigo de Diego-; Verónica Ojeda; y su cuñado Gabriel “Morsa” Espósito, marido de Beatriz Maradona.
El recorrido hasta el gazebo blanco, cercano a la tumba en donde se reunieron los asistentes, fue de unos 50 metros. Un sacerdote, quien llegó primero que nadie brindó el responso. Esa última despedida no duró más de treinta minutos.
Las despedidas y homenajes a Maradona dieron vuelta al mundo. Sin embargo muy pocos pudieron estar en ese último adiós. Entre los asistentes se encontraban el embajador de Italia en la Argentina Giuseppe Manzo, mientras que el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni supervisó la sepultura.
La sepultura concluyó cerca de las 20 con un aplauso a la leyenda del fútbol, mientras fuera del jardín los fanáticos cantaban "la mano de dios" y acompañaban el último adiós a Diego Maradona.
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