Una investigación publicada en la revista científica Genome Medicine advirte a turistas que pretendan realizar viajes al extranjero que posiblemente puedan traer "superbacterias", que se han vuelto resistentes a los medicamentos, durante su regreso.
Científicos estadounidenses y holandeses han estudiado los efectos de los viajes internacionales sobre las bacterias de nuestro estómago, analizando las heces de 190 viajeros holandeses antes y después de visitar continentes como África o Asia.
Tras su retorno, las pruebas demostraron una "cantidad significativa" de genes bacterianos resistentes a los medicamentos antimicrobianos. Como fue aclarado con anterioridad, el uso de antibióticos de uso común frente a estos es ineficaz.
El 80% de los viajeros regresa con infecciones intestinales
Investigadores también observaron que un tercio de los participantes que viajaron al sudeste asiático tenían un gen resistente a un antibiótico de "último recurso", los que se utilizan por ejemplo para tratar infecciones tales como la neumonía o meningitis.
"Estos resultados muestran claramente que los viajes internacionales implican el riesgo de propagar la resistencia a los antimicrobianos en todo el mundo", puntualizó Alaric D'Souza, coautor del presente trabajo de investigación.
Los genes de estas "superbacterias" generalmente se desarrollan naturalmente durante milenios cuando se exponen a antibióticos producidos por otras bacterias en su entorno. El mayor uso de antibióticos por parte de los seres humanos ha acelerado este proceso.
Asimismo, el estudio advierte que esta tendencia amenaza 70 años de progreso en los tratamientos de enfermedades infecciosas. Según los mismos científicos, los genes resistentes varían según los lugares visitados y el tiempo de exposición.
Entre sus principales preocupaciones, expusieron que aquellos viajeros que regresaron del sudeste asiático podrían ser portadores del gen denominados mcr-1, resistente a la colistina, un antibiótico de "último recurso" que se usa cuando otros ya no funcionan.
"Es vital que abordemos la resistencia a los antimicrobianos en los países de bajos ingresos, con altas tasas de resistencia y bajos presupuestos de salud pública", concluyó D'Souza en el artículo científico.
JFG