La noticia del día en Francia desató un hilo más largo que la Muralla China en las redes sociales: “Niño muerto después de haber comido un panqueque: su maestra condenada a 12 meses de prisión en suspenso”.
El 29 de marzo de 2018, pasado el mediodía, Jahden, un chico de 6 años estaba en la sección maternal de una escuela de la ciudad de Limas, en el Valle del Ródano, cuando tuvo un shock anafiláctico en el momento en que regresaba caminando a su casa, junto a su madre.
Ese día, el establecimiento escolar festejaba carnaval. Los chicos desfilaron con sus disfraces y compartieron los panqueques preparados el personal escolar. Durante el proceso, la maestra relató que cuando el alumno le solicitó su porción, ella le “regañó”, diciéndole “no debes comerlo”. Según la imputada, el chico le habría respondido: “Sí, yo los como en casa”, refiriéndose a los panqueques al agua, según comprendería la maestra después, cuando ya era demasiado tarde.
Inmediatamente, Danielle Dampfhoffer le dio no uno sino dos panqueques que el chico devoró.
En horas, fue acusada de homicidio involuntario por un tribunal correccional de la ciudad de Villefranche-sur-Saône, al norte de Lyon. En la escuela de Jahden, se encontraba una certificación PAI, un protocolo de atención individual que especificaba que el niño era asmático y alérgico a los productos lácteos. El informe escrito, presente en el Tribunal y citado durante cada audiencia por los fiscales, detallaba los procedimientos a seguir en la escuela en caso de que se presentara un problema. Y entre ellos, desde luego, no se incluían los panqueques de leche.
El proceso versó sobre la interpretación de la maestra a estas tres palabras: “tolère les traces”, es decir: “el niño tolera una pequeña cantidad de leche”. ¿Cuánto es “pequeño”?
Apenas terminó de comer el crêpe, Jahden comenzó a toser, reclamó su broncodilatador, y se fue cuando su madre llegó a retirarlo.
La docente, que hoy tiene 59 años, lloró varias veces en la Corte mientras balbuceaba “tengo remordimientos todos los días; yo me siento muy culpable”. Sin embargo, los jueces consideraron que era inocente, mientras sus padres sostienen asesinó a su hijo y subrayan la negligencia escolar.
A pesar de la sentencia, la opinión pública no se hizo esperar: cuestionan la justicia, el rol docente y tomar a la ligera un problema de salud bastante frecuente en los chicos, y que sin duda puede ser mortal.
