“Qué mirás bobo”, la frase que dejó Lionel Messi tras el partido con Holanda quedó instalada en el top ten de las frases célebres del fútbol argentino comparable con la recordada que soltó Diego Maradona después del primer gol a los ingleses “Fue la mano de Dios”.
La tribuna siempre le ha reclamado a Messi esa postura bien “argenta” dentro de la cancha. Indiscutible con los pies, su personalidad tímida y retraída a la hora de expresarse fue mutando y la primera señal clara fue aquella arenga que se filtró antes de salir a la cancha para ganarle a Brasil la Copa América en el 2021
Un Messi más maduro pero más cercano a un pibe de Rosario que disputa un partido en un potrero en uno de sus barrios más picantes.
Fue raro ver en el 10 actitudes atípicas en él cuando después del partido hizo el festejo “Topo Gigio” a lo Juan Román Riquelme poniéndose las manos detrás de las orejas y apuntando a Van Gaal, el entrenador holandés. O cuando lo fue a buscar al terminar el encuentro haciéndole el gesto de “dejá de chamuyar”.
El sueño intacto: Argentina eliminó por penales Países Bajos y avanzó a las semifinales del Mundial
El entrenador holandés supo calentar la previa del partido con declaraciones de alto voltaje que encendieron la reacción de Messi.: “No juega mucho con el rival cuando tiene la posesión del balón. Ahí es también donde están nuestras posibilidades”, dijo el holandés. O el cruce con Angel Di María quien había dicho que “fue el peor entrenador que tuvo”, a lo que Louis van Gaal respondió: "Es uno de los pocos jugadores que ha dicho eso de mí, en general dicen lo contrario”.
Había que verlo a Messi con los dientes apretados en la cancha, discutiendo cada fallo del árbitro español, Antonio Mateu Lahoz, que recibió la crítica del diez cuando dijo: “No podés hablar con sinceridad de los jueces porque después te sancionan…”
Pero en la cancha Lionel no solo fue sincero sino que también contundente al insultarlo con la misma frase que Diego Maradona utilizó en aquel partido del Mundial ’90 cuando los italianos silbaron el himno argentino.
Pero el enojo de Messi y los jugadores de la Selección tuvo otro condimento que fue el apriete de los jugadores de países bajos le hicieron a Lautaro Martínez cuando fue a patear el penal que quedó registrado en esta cámara cenital en el momento en el que 9 se dirigía a realizar la ejecución.
“El que mirás bobo” tuvo un destinario específico: Wout Weghorst, el holandés que hizo los dos goles para empatar agónicamente el partido. Pero tras lo penales y con el triunfo argentino, Messi se hizo más humano. Y si lo que demuestra dentro de la cancha hace rato es rutilante ahora afuera les dejó un claro mensaje a los que lo criticaban por su falta de personalidad y que deberán seguir el mismo camino: "Andá, andá para allá, bobo"