Dos años atrás una mona que vivía sola quedó embarazada en zoológico de Kujukushima, Nagasaki, en Japón y los trabajadores del lugar no podían entender la razón del fenómeno. Ella tenía vecinos machos, pero sus jaulas estaban separadas por barrotes y cercas de alambre.
Tras no encontrar respuestas, los cuidadores de la mona decidieron recurrir a la ciencia para resolver el dilema, analizando el ADN tomado de muestras de cabello y heces para rastrear al padre del bebé mono. "Nos tomó dos años resolverlo porque no pudimos acercarnos lo suficiente para recolectar muestras; ella era muy protectora con su hijo", explicaron.
Finalmente descubrieron que el padre era Itou, un mono gibón de 34 años, pero faltaba comprender cómo se habían relacionado estando en diferentes lugares, hasta que encontraron la clave. En la pared había un agujero de 9 milímetros de diámetro.
Ingenio para el encuentro
La pared con un agujero se encontraba en un espacio de exhibición que Momo e Itou ocupaban por turnos. "Creemos que es muy probable que en uno de los días que Itou estuvo en el espacio de exhibición, copularon a través de un agujero", explicaron a 'Vice News'.
Tras el descubrimiento, la pared fue reemplazada por una barrera de acero y el siguiente paso será mudar a los dos monos juntos con su bebé, pero el personal deberá hacerlo gradualmente para que la pareja pueda acostumbrarse a la compañía del otro.
Cómo son los monos gibones
Esta especie de diferencia de los otros hominoideos porque son más pequeños, tienen brazos largos con respecto al tamaño corporal, su estilo de vida exclusivamente arborícola, el uso de la braquiación como forma principal de locomoción (colgándose por sus brazos y tomando impulso con el balanceo) y por su organización social basada en parejas monogámicas. Poseen una cavidad craneal voluminosa y sus órbitas son grandes, se alimentan principalmente de pulpa de frutas, hojas e invertebrados.
Habitan en el Sudeste de Asia en zonas de baja altitud y viven en grupos conformados por una pareja monógama y sus hijos. Están entre los primates con mayor peligro de extinción, ya que su hábitat está desapareciendo a gran velocidad y a menudo son capturados y vendidos como mascotas o masacrados para uso en la medicina tradicional. Todas las familias de gibones, menos una, aparecen en la lista de especies amenazadas o en grave peligro de extinción.
RB/fl