La Cámara Argentina de Fintech, que reúne a las prestadoras de servicios financieros basados en la tecnología, emitió un comunicado en relación con la disposición del Gobierno que establece el cobro del “impuesto al cheque” en las operaciones con criptomonedas.
“La noticia fue inesperada, sobre todo teniendo en cuenta el intenso trabajo en conjunto que nuestra institución y diversos organismos públicos estamos desarrollando en el marco de múltiples iniciativas regulatorias, como Transferencias 3.0, entre muchas otras”, señala la entidad.
En una modificación al DNU 380/2001, las autoridades oficiales dispusieron que las exenciones que le competen a los operadores de los Proveedores de Servicios de Pago (PSP) respecto al impuesto a los créditos y débitos bancarios dejarán de regir sobre las criptomonedas.
Las cinco tendencias que marcarán el mercado fintech.
Desde la Cámara anticipan que la nueva normativa generará un impacto sobre las operaciones formales por el incremento de costos y “se volcarán al mercado informal. Así, el Estado perderá visibilidad sobre estas transacciones, que no disminuirán en cantidad ni en volumen, considerando el auge en el que se encuentran a nivel global y local".
"Además, la medida afectará la operatoria de una actividad que se encuentra en pleno desarrollo en todo el mundo y que aporta crecimiento, innovación, dinamismo, inclusión, y generación de empleo al sistema”, sostiene el comunicado.
Pedido de diálogo
“Desde la Cámara Argentina de Fintech, tal como -reiteramos- ha ocurrido en numerosas oportunidades, queremos continuar trabajando junto al gobierno mediante un diálogo que nos permita resolver los interrogantes que plantea la norma, generando así las condiciones necesarias para el desarrollo de un sector que podría representar oportunidades estratégicas para nuestro país en un futuro cercano”, finaliza el comunicado.
Durante 2021, las empresas del sector fintech creadas en la Argentina, que emplean a más de 15 mil personas, recibieron inversiones por US$ 900 millones, que incluyen tanto a “unicornios” (compañías que alcanzan y superan los US$ 1.000 millones como valor de mercado) como otras pequeñas empresas que aspiran a transformarse en ellos.