La producción agroindustrial apuesta a contar con una “baja gradual” de los derechos de exportación de granos y carnes para quitarle “presión impositiva” al campo argentino, lo que sería tomado por el sector privado como “una muy buena señal” para estimular inversiones y generar una mayor producción, aunque se descuenta que, para ello, habrá que aguardar una mejora en las cuentas públicas.
Así lo consideró el vicepresidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR), Víctor Accastello, en diálogo con el programa “Aire de Campo”, emitido por radio Perfil, donde comentó que “el campo argentino tiene una altísima presión impositiva, donde los derechos de exportación son una carga muy grande y hay mucha presión sobre los insumos, básicamente sobre los fertilizantes”.
“Esto ya lo habían manifestado funcionarios de la actual administración de armar un esquema de baja gradual, aunque sabemos que no es el momento y que el país requiere el esfuerzo de los sectores que están relativamente bien como el campo. Pero cuando hay precios internacionales a la baja e insumos relativamente altos en precios, la relación insumo-producto no son las mejores por lo tanto bajar la presión impositiva a través de los derechos de exportación de manera gradual sería una muy buena señal.
En línea con el pedido realizado por las cuatro cadenas de valor de los granos, el directivo de MAIZAR recordó que la baja en las alícuotas de las retenciones adoptada del 2015 al 2019 “había repercutido en una fuerte suba en los volúmenes en el caso del trigo y del maíz, que son tan importantes para la sostenibilidad de la agricultura: el productor cuando tiene señalas de obtener una mejor rentabilidad invierte todo en el suelo. Eso se ve en mayores volúmenes, mayores divisas para el país y un mayor nivel de empleo”.
“Una menor presión impositiva genera un círculo virtuoso y es lo que está requiriendo hoy el campo”, explicó Accastello y manifestó que ”es admirable que el campo argentino sea tan resiliente. Recorrí varios días Expoagro, y vi un despliegue fenomenal de maquinaria agrícola, la biotecnología, Artech o la agricultura y ganadería. Fue muy emocionante”.
Biocombustibles
Accastello, que también es titular de la Cámara de Bioetanol de Maíz y directivo de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), destacó la oportunidad que tendría la Argentina de contar con un corte del 15% de biocombustible en las naftas y biodiesel de generar mayor nivel de inversiones, y producción local para reemplazar importaciones.
Allí reconoció que hay en la Nación y las Provincias un “consenso muy amplio” para lograrlo, más allá de las dificultades que tuvo en otras propuestas el proyecto de Ley Bases, que fue desestimado por el gobierno de Javier Milei por las trabas a su aprobación por parte del Congreso.
“Había un consenso muy amplio: liderado por provincias que tienen bioenergía y que son productoras de granos y que se transforma en biodiesel y bioetanol, como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y San Luis, a las que se suman las del norte argentino como Tucumán, Salta y Jujuy, donde hay mucho consenso. Así el bioetanol que corta las naftas al 12%, que en la ley se preveía que quedara como corte mínimo y obligatorio, podría pasar al 15% a los dos años. Esos tres puntos porcentuales más eran 750 mil toneladas más de maíz que se industrializaban en el Interior. También en biodiesel, que hoy corta el gasoil con 7,5%, se esperaba elevarlo gradualmente al 15% al 2026 con el proyecto de ley. Ambos niveles de corte, eran muy buenos”, dijo Accastello.
La revancha del campo: hay gran optimismo, pero los precios internacionales cortan el vuelo
Para el directivo, el incremento en los cortes permitiría que Argentina reduzca sus importaciones de nafta y gasoil, ya que en el 2024 se compraron en el exterior casi un millón de metros cúbicos de naftas cuando de bioetanol el país genera anualmente 1,2 millón de metros cúbicos que “podrían reemplazar una parte de esa importación de naftas”, y de igual forma, contó que en el caso del gasoil se importaron 3 millones de metros cúbicos.
Consignó que para la compra de combustible en el exterior Argentina efectuó el pago de 3.000 millones de dólares y aseguró que “se podría ahorrar divisas colocando mayor nivel de biocombustibles en el despacho de los combustibles fósiles, y además se puede mejorar la huella ambiental”.
