Entrevista a Pascual Fidelio

"En Argentina no hay caso sospechoso que no haya sido testeado"

El director del Malbrán, la institución de referencia en el país en la lucha contra el coronavirus, dialogó en forma exclusiva con PERFIL CORDOBA. "Si no hay más testeos es simplemente porque no hay más casos sospechosos", afirma.

Pascual Fidelio, titular del Malbrán, junto a Ginés González García y el presidente Alberto Fernández. Foto: Cedoc

A los 56 años, el cordobés Pascual Fidelio atraviesa uno de los desafíos laborales más importantes de su vida: es el director de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis)-Doctor Carlos Malbrán, en momentos en que el país sufre los embates de una pandemia por coronavirus global y por supuesto todas las miradas están puestas en los testeos y resultados que brinda el centenario organismo con sede en la ciudad de Buenos Aires.

Licenciado en bioquímica, Fidelio llegó al Malbrán tras dirigir durante varios años al Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y de un paso por la administración pública provincial, donde fue director de Modernización del Tribunal de Cuentas. Además, es miembro activo de la organización Slade, dedicada a la promoción del pensamiento estratégico.

En un alto de su tarea laboral que, admite, comienza temprano y se estira “hasta altas horas de la noche”, Fidelio dialogó con PERFIL CORDOBA respecto a la trascendental tarea que cumple en medio de la pandemia:

—El Malbrán quedó en el centro de la escena en esta lucha que el país está dando contra el coronavirus. ¿Cómo vive esa situación?

—Con muchísima responsabilidad por el momento del país y a su vez con la seguridad de tener un equipo muy profesional. Estoy respaldado por gente muy comprometida con esta situación. En Malbrán hay varios sectores y es mucho más grande de lo que se ve en los últimos días en las noticias. Yo soy director de una red de laboratorios. Son casi 1.200 personas que están bajo mi órbita y en todos se trabajan distintos temas: zoonosis, genética, bioseguridad y enfermedades infantiles. De todas maneras, todo lo que está saliendo en este momento es lo de enfermedades respiratorias. Hoy en el Malbrán hay toda una estructura puesta al servicio de esta pandemia con el objetivo de hacerle frente desde todos los ángulos.

—¿Cómo le llegó esta propuesta?

—Cuando asumió el nuevo gobierno empezamos a conversar. La idea de la nueva gestión era darle una visión más estratégica a este organismo y consideraron que había que encarar nuevos perfiles con una mirada para adelante y de gestión. Tuvimos varias charlas y convenció mi historial, no solo en Hemoderivados, sino también en el Tribunal de Cuentas y así surgió la invitación a formar parte de esta gestión. Me parece fantástico que el Gobierno apoye la investigación científica y tecnológica. Desde que se desató la pandemia, el Malbrán no para y se hace lo que hay hacer.

—En ese marco, la pregunta que se hace gran parte del país es si se hacen los suficientes test. ¿Usted está satisfecho con la cantidad de testeos que están realizando?

—Argentina tiene una definición de caso sospechoso de COVID-19 que está respaldado por lo que la OMS dictó. No hay en Argentina caso sospechoso de COVID-19 que no sea testeado, sea del ámbito público o del ámbito privado. Si no hay más testeo es porque no hay más casos sospechosos. Después, está la discusión respecto a si se va a ampliar el espectro de qué es un caso sospechoso o si se van a analizar focos epidemiológicos. Esto no es un Excel, esto es dinámico: lo que hoy hacemos puede cambiar para adelante o para atrás. Hoy todos los casos sospechosos en la Argentina entera se testean. Si mañana cambia la definición de caso sospechoso, o si se deciden hacer testeos masivos poblacionales, se harán.

—¿Hoy cuál es el número de test diarios?

—No tenemos la cuenta porque Malbrán hace una parte de los test. Pero hay decenas de laboratorios que analizan por día. Eso lo controla el Ministerio de Salud. La cantidad los lleva Nación. Yo estimo que deben ser más de 2.000 casos.

—¿Le molestan las comparaciones con otros países?

—No me molestan las comparaciones. Lo que sí me molesta es que el análisis sea superficial. Si uno ve la población mundial de China no testearon a mucha gente, hay otros países que testearon a casi todos, como es el caso de Islandia, pero Islandia tiene la población de un barrio de Córdoba. Son un montón de variables las que hay que tener en cuenta. Hay países que testearon mucho y les sirvió, pero hay otros que testearon mucho y la situación es caótica con muchísimos muertos. Es muy relativo todo. Yo lo explico así: vos tenés una caja de herramientas para enfrentar esto que son los barbijos, los testeos, el cierre de espectáculos, el cierre de escuelas, el aislamiento, la definición de caso sospechoso. Son todas herramientas, pero la estrategia la decide cada uno. Yo soy miembro de Slade que justamente trabaja en buscar las mejores estrategias. Cada país usó sus herramientas de acuerdo a la realidad que tiene. Algunos podrían haberlas usados y las usamos.

—¿El limitante de los testeos está en los reactivos?

—Claro, pero hemos superado ese obstáculo y en los próximos días estaremos comprando 500 mil reactivos que nos permitirán una cantidad similar de determinaciones. Nosotros cumplimos varios roles. No solo los de un laboratorio que hace los test y los informa. Se nos pide opinión porque el Malbrán es el laboratorio de referencia de la OMS en materia de virus respiratorios.

—¿Cómo son sus contactos con el Presidente y el ministro de Salud?

—Con Alberto Fernández dialogamos cuando visitó el Malbrán y estaba emocionado. Fue la primera vez que vino un Presidente. Estaba convencido de este camino de poner la ciencia y la tecnología al servicio de la gente. Con el ministro de Salud formamos parte del equipo por lo que normalmente hablamos una o dos veces por semana. Voy al ministerio o lo hacemos a través de video llamadas. Él tiene un equipo enorme y muy profesional que respalda las políticas. Por suerte tenemos un médico sanitarista de la talla de Ginés (González García) comandando este capítulo tan difícil de la historia.
 

El Laboratorio Central ya analiza todas las muestras oriundas de Córdoba

Entre las aristas que enorgullecen a Pascual Fidelio se encuentra la federalización de los testeos, un pedido expreso del presidente Alberto Fernández. El titular del Malbrán contó que entre el 21 y 22 de marzo, es centro empezó a distribuir determinaciones a todo el país. “Desde esa semana todas las jurisdicciones cuentan con determinaciones para realizarla”, expresó. “Fue un esfuerzo muy grande de la Nación y nos sentimos muy respaldados por Ginés González García. Le dije al Presidente que debía estar muy contento porque hemos logrado descentralizar el testeo. El Laboratorio Central de la Provincia de Córdoba lo está haciendo y está recibiendo colaboración del laboratorio de la facultad de Ciencias Químicas”, agregó.


 

“Confío en que Hemoderivados va a lograr lo que se proponga”

Cuando Fidelio se refiere a Hemoderivados lo denomina “el labo” y en su voz deja a las claras el afecto que le tiene a la institución de la UNC, a la cual conoce luego de hacer una larga carrera hasta llegar al puesto de director. Hace tres semanas, PERFIL CORDOBA anticipó de manera exclusiva que Hemoderivados trabaja en un tratamiento basado en la utilización de plasma de pacientes recuperados.

Al respecto, Fidelio expresó que vive “con mucho orgullo que ‘el labo’ esté en ese espacio”. El funcionario se mostró confiado con que se cumpla el objetivo propuesto para hacer frente a esta situación sanitaria mundial: “Sé que van a trabajar fuertemente para lograr purificar la proteína que se necesita para esta pandemia. Trabajamos mucho para fomentar la donación de plasma, esperemos que la gente sea solidaria en la donación de plasma y entiendan el momento que estamos viviendo. Hay un compromiso de la ciencia y un trabajo que es impresionante por parte de todas las instituciones. En ese marco es bueno que todos entiendan que el Estado está del lado de la gente y poniendo recursos”, subrayó.