NEGOCIOS

Edgardo Defortuna busca inversores de más de US$ 1 millón en Córdoba para proyectos en la Florida

El presidente de Fortune International Group, analiza el presente del mercado inmobiliario del sur de Florida y las oportunidades que se abren. Además, reflexiona sobre la coyuntura económica argentina y el rol de la confianza en los negocios.

Edgardo Defortuna, CEO de Fortune International. Foto: CEDOC PERFIL

El presidente de Fortune International Group, Edgardo Defortuna, cordobés radicado en Miami desde hace cuatro décadas, analiza el presente del mercado inmobiliario del sur de Florida y las oportunidades que se abren.

En diálogo con Punto a Punto, también reflexiona sobre la coyuntura económica argentina y el rol de la confianza en los negocios y anticipa que está buscando inversores de más de US$1 millón en Córdoba y la región.

–Volvió a Córdoba después de mucho tiempo. ¿Con qué panorama se encontró?
-Llegué hace poco y no he visto mucho, pero está muy lindo desde el punto de vista del clima, está divino en esta época. Y la gente es muy amable, me hace acordar a mi infancia. Veo a la gente con más optimismo y queriendo hacer cosas. Entonces, es siempre gratificante eso.

–¿Por qué Fortune ya no tiene proyectos en Córdoba o Buenos Aires?
-En los últimos diez años el mercado inmobiliario del sur de la Florida, específicamente Miami, ha tenido tanto movimiento y estamos tan ocupados, y realmente es lo que mejor sabemos hacer, que no tiene mucho sentido distraer esfuerzos y capital en otras cosas. Hemos hecho un proyecto en Paraguay de tres torres importantes que se llama Jay Park en Asunción, con una sociedad con un grupo paraguayo, pero eso es lo único que hemos hecho fuera del área. Tenemos siete proyectos en desarrollo y 28 en ventas exclusivas de nuestro equipo de brokers y ventas.

–¿De qué magnitud son esos proyectos?
-Hoy el proyecto típico tiene entre 500 millones y 1000 millones de venta total. San Rillson [St. Regis Sunny Isles] son 2300 o 2400 millones en venta. Faena son 1200 millones. Casa Tua son 1100 millones.

–¿Cómo es competir en un mercado tan dinámico como Miami?
-Lo que hemos hecho muy bien es mantener la comercialización y las ventas en una forma muy exitosa, y entonces aun nuestra propia competencia nos contrata para que le vendamos sus productos, por el alcance y la comercialización que tenemos.

Yo siempre digo que cuando voy a una reunión de venta o de marketing con alguno de mis competidores —porque realmente nos llevamos muy bien— me pongo en el lugar del desarrollista y no del comercializador. Porque el comercializador quiere el precio más barato, el mejor producto, la mejor ubicación, y no siempre se puede hacer eso.

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–¿Cómo es el perfil del comprador en Miami?
Es difícil decir que hay un producto medio de Fortune. En Miami está muy sectorizado por áreas. Está el distrito financiero de Brickell y el centro de Miami, donde el producto es más pequeño. En la playa, en cambio, la gente busca segunda o tercera vivienda o vivienda principal, con otras características. El comprador está buscando mucho la vida saludable, está muy metido en la nutrición, en la salud y en la longevidad. Entonces, aun los proyectos de Brickell tienen un gimnasio espectacular, un spa muy importante, gente que viene a hablar de nutrición o de arte o de lo que sea, porque eso es lo que hoy el comprador está buscando.

–¿Sigue predominando el comprador internacional?
Sí, pero ha venido muchísimo comprador de los mismos Estados Unidos, gente de Nueva York que se está relocalizando a Miami, y gente de California, incluso de Texas. Los gobiernos de esos estados han sido muy negativos y han penalizado mucho a la persona de alto nivel de ingresos. Entonces, hubo una migración muy importante intraestado que se magnificó con el COVID. La gente se mudó escapando un poco de vivir en la prisión en el piso 40. No podían ni siquiera bajar ni tomar el ascensor. Venían a Miami y por lo menos caminaban al aire libre o salían en el barco. En su momento fue para escapar, pero después se dieron cuenta de lo lindo que es el estilo de vida del sur de Florida, y muchos se quedaron y movilizaron parte de su empresa.

–¿Miami se transformó en un polo genuino de negocios?
-Antes uno iba a promover Miami, a la gente le gustaba por la playa, pero hoy hay un ecosistema real de negocios. Es mucho más permanente por este mismo factor de que la gente de Estados Unidos se mudó a Miami. Siempre hubo gente de Latinoamérica —Brasil, México, Argentina, Colombia— que venían a hacer negocios, pero no de forma permanente. En este caso, todo el mundo se ha concentrado y es como que la gente trae a la gente.

–¿Por qué se dio esa concentración?
-Por un lado, la penalización tributaria en otros estados. Por otro, la calidad de vida, que antes era estacional y hoy ya está distribuida todo el año. Hay un sistema de comunicación y transporte que facilita todo. Hay muchísima gente que pasa dos o tres días en Nueva York y el resto de la semana en Miami, o viceversa. Aun en California, a pesar de que son cinco o seis horas de viaje, la facilidad de movilización ha cambiado muchísimo. La persona de gran riqueza se siente muy cómoda en Miami y puede operar sus empresas de la misma forma que lo hacía en Nueva York o en California.

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–¿Cómo describiría la rentabilidad actual del mercado?
-Tanto el incremento de precios como los retornos en las inversiones son hoy mucho más atractivos que lo que eran antes. Antes hablar de un proyecto de 1000 millones de dólares parecía un sueño y hoy casi todos andan desde 500 a 1000 o más. Estamos bastante competitivos en precio con New York hoy, porque New York ha caído y ha subido. Lo que hace más sólido todo esto es que ya no es temporal. Miami era muy cíclico antes, cuando caían las economías de Latinoamérica o cuando había desfasajes en el dólar. Hoy eso no pasa porque hay demanda de casi todos lados del mundo.

–¿Cuál es el objetivo de su visita a la Argentina? ¿Está buscando nuevos inversores?
-Absolutamente. Cada vez más tenemos inversores, y muchos son del agro. Había un desconocimiento de cuánto de simple es invertir en capitales, no necesariamente en comprar unidades. Invitamos a nuestros inversores a aportar capital como accionistas del proyecto, comprando la tierra, haciendo todo el desarrollo. Ellos son dueños de parte del proyecto. Muchos de los que han invertido con nosotros últimamente son gente del agro aquí en las provincias. No tenían la expectativa ni la información. Compraban departamentos en sus ciudades, porque tenían que diversificar, pero ahora ven que pueden participar de proyectos de 1 millón de dólares para arriba y ser parte de un desarrollo en Miami.

–¿Cómo ve la situación económica argentina?
-Miley estuvo en la America Business Forum en Miami y básicamente dijo: nosotros somos el ejemplo del capitalismo bien entendido. El gobierno se tiene que meter en lo menos posible. Tiene que regular las cosas y ayudar a los empresarios a tener éxito, tratar de eliminar los obstáculos que tanto el inversor como el empresario local tienen. Hay que entender que cuando tenés claridad en cómo entra y sale el dinero, y claridad en la parte laboral e impositiva, se pueden hacer cosas muy grandes. Cuando tenés las reglas claras es mucho más fácil tomar decisiones.

–Están desarrollando un nuevo modelo de inversión con Globant, vinculado a blockchain. ¿De qué se trata?
-Mi hijo me decía: ‘Papi, ¿por qué solamente tomás inversores de un millón para arriba?’. Creamos con la gente de Global una plataforma basada en blockchain, en una tokenización de los activos, que es mucho más fácil de administrar. El inversor tiene su monedero, su token, y puede hacer inversiones de 1.000, 10.000 o 100.000 dólares. Al principio me parecía irreal, pero buscando la diversificación y la dolarización, y la flexibilidad de que lo tenés en el teléfono y sabés si hoy vale 1000 o 1100, es casi como el Robin Hood de las acciones. Yo creo que eso se viene, y ser pioneros en poder tokenizar algunos activos va a ser importante.

–Por último, ¿puede Fortune volver a desarrollar en Córdoba?
-Ojalá que en el futuro cercano podamos traer algunas cosas similares a lo que hicimos en Paraguay. Hoy estaba con un cliente que compró un departamento en Paraguay y me decía: ‘¿Por qué no hay en Córdoba o en Buenos Aires un edificio como en Paraguay que se sienta como que estás en Miami?’. Si Paraguay lo puede hacer, aquí se podría dar totalmente eso.