El nuevo mindfulness tiene cuatro patas: 78% dice que su perro lo obliga a frenar y reconectar
Más del 80% de las personas siente que su perro mejora su salud mental, y muchos prefieren su compañía incluso por encima de la de su pareja. Especialistas destacan el poder terapéutico de estos compañeros de cuatro patas que regalan afecto sin pedir nada a cambio.
Cada 27 de mayo se celebra el Día Internacional del Perro Sin Raza, una fecha que invita a mirar más allá del pedigree y valorar lo que realmente importa: la conexión emocional con quienes caminan a nuestro lado moviendo la cola. Porque los mestizos no entienden de papeles ni de campeonatos, pero sí de afecto incondicional. Son puro corazón, y quienes los adoptan lo saben.
El vínculo con una mascota puede ser mucho más que compañía. Según un estudio reciente, el 83% de las personas afirma que su mascota tiene un efecto positivo en su salud mental.
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La presidenta de la Asociación de Veterinarios de Argentina (AVEACA), Dra. Silvina Muñiz, lo explica con claridad: "El vínculo humano-animal activa circuitos cerebrales similares a los que se encienden en los vínculos afectivos entre personas. La presencia constante y no juzgadora de una mascota brinda una sensación de apego, contención y bienestar emocional muy profunda".
Esa cercanía emocional también se traduce en decisiones cotidianas. El 58% de las personas encuestadas prefiere pasar tiempo con su perro cuando está estresado, incluso antes que con su pareja, familiares o amigos. La razón, para muchos, es simple: el animal no exige explicaciones, no responde con juicios y, sobre todo, siempre está dispuesto a ofrecer afecto sin condiciones.
El estudio de Mars (empresa detrás de Pedigree y Whiskas) también revela que el 84% encuentra relajante la simple presencia de su mascota, sin necesidad de interacción activa. Un perro acostado a los pies, una mirada serena desde el otro lado de la habitación o el sonido tranquilo de su respiración pueden funcionar como anclas emocionales en medio del caos cotidiano.
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Para la Dra. Muñiz, esto no es casualidad. "Acariciar, observar o estar cerca de una mascota puede disminuir los niveles de cortisol —hormona relacionada con el estrés— y aumentar la oxitocina, que es clave para el bienestar. Son pequeñas acciones que generan un impacto real en el cuerpo y en la mente", explica.
En tiempos de hiperconectividad y sobrecarga digital, siete de cada diez personas reconocen que su mascota les ayuda a desconectarse del celular y disfrutar más del presente. Algo tan sencillo como salir a dar un paseo o jugar con una pelota se convierte en una oportunidad para reconectar con uno mismo y con el entorno.
Además, el 78% de los encuestados asegura que su mascota lo impulsa a hacer pausas en su rutina diaria, un detalle que puede parecer menor, pero que en realidad es clave para reducir el estrés acumulado. "Cuando sacamos a pasear a un perro o nos tomamos unos minutos para alimentarlo y mirarlo a los ojos, también estamos generando pausas mentales. Y esas pausas son necesarias para equilibrar nuestras emociones", afirma la especialista.
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