respetará perspectivas de género y ecológicas

El Instituto Cervantes reescribirá el ‘Quijote’ con inteligencia artificial

“En un lugar de la red, cuyo dominio no quiero acordarme...”. Así comienza una versión, naturalmente generada con IA, que pertenece a un proyecto, promovido por el instituto en cuestión y presentado, según palabras de la comisaria Roberta Bosco, como “un proyecto que vive de la tradición literaria española, pero con cuestiones cruciales y urgentes que vienen a colación de la explosión de la IA en nuestras vidas”. Por debajo corren intereses y tensiones.

Aeolia. Arriba: el proyecto promocionado por el Instituto Cervantes. Abajo, a izq., su autor. A der.: los enfrentados, Luis García Montero, director del Instituto, y Santiago Muñoz Machado, director de la RAE. Foto: cedoc

“El Instituto Cervantes invita a reescribir el Quijote desde perspectivas ecológicas y de género”. Con este título publicó la noticia, el pasado miércoles, el portal español El Debate. En la red X (antes Twitter), reproduciendo dicho título, el profesor de Filosofía del Derecho (UBA) Andrés Rossler expresó: “Hace rato que la realidad se convirtió en un cuento de Borges”. Precisamente evoca a Pierre Menard, autor del Quijote, que forma parte del volumen Ficciones (1944).

Tal vez el instituto hispánico, que lleva el nombre del autor de El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha (1605) y Segunda parte del ingenioso caballero don Quixote de la Mancha (1615), Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), considere la materialización de la versión de esta obra por parte de un nuevo Pierre Menard. O al contrario: el olvido de la obra original y una nueva forma de refundar la novela como género. Y dar al mundo un nuevo Quijote. ¿Pero cuál? ¿De qué manera?

En sí, el Instituto Cervantes promociona el proyecto Aeolia, del artista Solimán López (1981, Burgos, España), comisariado por la experta en arte contemporáneo y cultura digital Roberta Bosco. Y aclara en su página web: “Aeolia presenta una escultura interactiva de gran formato que convierte el aire en palabras: un aerogenerador de textos que reescribe el Quijote mediante un sistema de inteligencia artificial. Esta instalación transforma la energía del viento en lenguaje, invitando al público a participar activamente en el proceso de generación de texto. La IA, entrenada con el texto original, traducciones y bibliografía sobre la obra cervantina, produce variaciones del clásico desde perspectivas ecológicas, de género o filosóficas”. 

“El proyecto no revisa el texto original, sino que lo reinterpreta como metáfora del pensamiento humano frente a la máquina, planteando una reflexión sobre la autoría, la memoria y la sostenibilidad futura. La muestra incluye un libro de artista que alberga un Quijote 2.0 codificado en ADN sintético –una tecnología que permite conservar información durante milenios–. Su estructura se ha diseñado a partir de la representación tridimensional que el artista realiza de la red de aerogeneradores distribuida por todo el territorio de Castilla-La Mancha, desde donde hizo una captura de ocho metros cúbicos de ese aire de la Mancha, que presenta en un compresor de aire, junto al documental del proceso artístico del proyecto”. 

Tenemos así una instalación tecnológica con arte grupal semiartificial. Resulta bastante complicado para el lector, conozca o no la obra de Cervantes, de qué manera puede esto generar un resultado. Tan es así que el mismo instituto emitió otra nota con detalles, como: “‘Quería poner en tela de juicio la relación entre artista y público y su intervención en los procesos creativos y, a la vez, mostrar una obra de arte sin que sea creada por el artista’, señaló Solimán López”.

“El resultado de esta intermediación en el proceso creativo serán cinco textos generados por IA, que ya cuentan con una primera versión. En ella se puede leer este comienzo, en el capítulo I, bajo el título “La performance perpetua del hidalgo digital”: ‘En un lugar de la red, cuyo dominio no quiero acordarme, vivía hoy un hombre de los de lanza en astillero, criptografía antigua, computadora flaca y algoritmo corredor (…)’. El público también se encontrará con un circuito cerrado de imagen, que se genera a partir de una cámara colocada en posición cenital respeto a la escultura principal con aerogeneradores, y que hará girar virtualmente a los visitantes junto a la propia obra”.

Para la comisaria Roberta Bosco: “Es un proyecto que vive de la tradición literaria española, pero con cuestiones cruciales y urgentes que vienen a colación de la explosión de la IA en nuestras vidas. Además, Cervantes ya tenía una actitud avanzada para su época y se adelantó a la metanarrativa del siglo XXI”.

Solimán López utiliza un compresor de aire industrial para recolectar el aire en Campo de Criptana (Ciudad Real) e introducirlo dentro de la escultura principal, y una imagen sintética de alta resolución de un águila imperial ibérica, especie en peligro de extinción y una de las más afectadas por los parques eólicos españoles. Asimismo, Aeolia incluye una escultura digital animada, que recoge 3.140 posiciones geográficas de los aerogeneradores de Castilla-La Mancha y las representa a través de sus coordenadas, añadiendo una dimensión tridimensional. El vestíbulo cervantino exhibe una videoanimación realizada con IA que parte del grabado de Gustave Doré sobre el capítulo VIII del Quijote, con la que el artista realiza múltiples ensayos en busca del monstruo que Alonso Quijano creyó ver en los molinos de viento.

Pero tanto esfuerzo y diversidad de “texturas” tienen otro motivo que bien señala la nota de El Debate: un enfrentamiento entre Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, y el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado. 

Para el primero, que se reconoce partidario de estos modismos, resulta incómodo el plural masculino genérico, prefiriendo el doble plural (ciudadanos y ciudadanas). Ya el Anuario del Instituto Cervantes 2025 El español en el mundo, afirma que la Constitución española de 1978 nació “con un déficit democrático” y que “carece de plena legitimidad democrática” por no estar redactada con lenguaje inclusivo. Mientras desde la RAE –apertura del curso académico 2025-2026–, Muñoz Machado afirmó que “a nadie se le ha ocurrido fijar la gramática por decreto o someter el diccionario al capricho gubernamental, hasta hoy”.

Ahora bien, ¿y Sancho Panza? ¿Lo habrán omitido por obeso?