SANTORAL CATÓLICO

Santa Isabel de la Trinidad: la mística francesa que encontró el cielo en la tierra

Carmelita francesa que reveló el misterio de Dios en el alma. Su espiritualidad se centra en la presencia de la Santísima Trinidad. Murió joven. Canonizada en 2016.

Santa Isabel de la Trinidad Foto: Cedoc

El santoral católico dedica el 8 de noviembre a Santa Isabel de la Trinidad (Élisabeth Catez), una joven mística francesa cuya vida, aunque breve, se convirtió en un faro de la presencia íntima de Dios.

Nacida en 1880 en Avord, Francia, su talento musical y carácter fuerte la destacaron desde niña. Tras la muerte de su padre, la familia se mudó a Dijon, cerca del Carmelo.

 

Santa Isabel de la Trinidad, una vida de "alabanza de gloria"

Isabel fue una pianista dotada, ganando premios y disfrutando de la vida social. Sin embargo, su corazón ya estaba cautivado por el amor de Dios. A pesar de la fuerte oposición de su madre, entró en el Carmelo de Dijon en 1901 a los 21 años. Allí, recibió el nombre de Sor María Isabel de la Trinidad.

Su tiempo en el convento fue corto pero extraordinariamente intenso. Su misión, tal como ella la sentía, era ser una "Alabanza de Gloria" para la Santísima Trinidad. Escribió que su felicidad era inexpresable, hallando que "aquí ya no hay nada más que Dios. Él es el Todo; Él basta y vivimos solo por Él".

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En el Carmelo, Isabel desarrolló una profunda comprensión del misterio de la inhabitación de la Trinidad en el alma de todo bautizado. A través de la oración contemplativa, buscó vivir en un silencio interior que permitiera a Dios comunicarse y transformarla completamente en Él.

Aquejada por la Enfermedad de Addison, sufrió intensamente durante sus últimos años. En su dolor, veía una oportunidad para que Dios labrara en su alma "capacidades para recibirle, capacidades que son, de alguna manera, tan infinitas como Él mismo". Murió el 9 de noviembre de 1906, un día después de su conmemoración litúrgica, con las palabras: "¡Voy a la Luz, al Amor, a la Vida!".

La devoción a Isabel de la Trinidad se ha extendido notablemente, en gran parte debido a sus escritos. Su abundante correspondencia, retiros y oraciones revelan la profundidad de su misticismo. El Papa Juan Pablo II la beatificó en 1984 y el Papa Francisco la canonizó en 2016, reconociendo su poderosa intercesión.

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Oración de Santa Isabel de la Trinidad

Su plegaria más conocida es un ofrecimiento a la Trinidad: "¡Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme enteramente de mí para establecerme en ti, inmóvil y apacible como si mi alma estuviera ya en la eternidad!". Su misión celestial es "ayudar a las almas a salir de sí mismas para aferrarse a Dios".

El 8 de noviembre también se recuerda a los Cuatro Mártires Coronados (Castorio, Claudio, Nicóstrato y Simproniano) y a San Castorio, patrono de los escultores. En la misma semana, el santoral celebra a San Carlos Borromeo (4 de noviembre) y a San Martín de Porres (3 de noviembre).