Antes de que sonara la primera canción, el Teatro Gran Rex ya anticipaba el clima del regreso de Lasso a Buenos Aires. El martes 16 de diciembre, en el marco del "Malcriado World Tour", la sala de la avenida Corrientes reunió a un público atravesado por el gesto romántico: decenas de fans vestidas de novia, con velos y ramos improvisados, compartían la platea y los palcos con parejas abrazadas o tomadas de la mano. La escena, visible desde distintos puntos del teatro, marcó desde el inicio que el show del artista venezolano estaría definido tanto por sus canciones como por una fuerte implicación emocional del público.
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El concierto comenzó con “Te Veo”, tema de su álbum debut Sin Otro Sentido (2016). No hubo introducciones extensas ni despliegue escenográfico excesivo: la atención estuvo puesta en la música y en la reacción de la sala. La segunda canción, “Siempre Llegas Tarde”, marcó el primer contacto verbal con el público. “Gracias Buenos Aires, por estar acá", dijo Lasso desde el escenario, sellando un pacto implícito con una audiencia que respondió de inmediato.

A lo largo de la noche, el público no se limitó a escuchar. En “Souvenir”, uno de los momentos más esperados del set, cientos de asistentes levantaron carteles blancos con una misma frase escrita en negro: “Llévame como un souvenir”. El gesto, simple y coordinado, transformó el teatro en una escena visual homogénea y reforzó el carácter colectivo de una canción que dejó de ser solo interpretación para convertirse en mensaje compartido.
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El músico sostuvo durante todo el show una relación directa con la audiencia, atento a cada reacción. El repertorio avanzó con “Cuando Te Dejan de Querer” y otras canciones que profundizan su eje narrativo: el amor, la ruptura y las contradicciones emocionales abordadas sin cinismo ni solemnidad.

La intensidad del concierto se sostuvo en un equilibrio particular. El público acompañó con un coro constante, pero sin desborde. No hubo gritos excesivos ni euforia caótica: la emoción fue íntima, contenida, casi respetuosa. En ese registro se construyó buena parte del clima de la noche.
La interacción fue uno de los rasgos centrales del espectáculo. Con humor directo, Lasso dialogó con la audiencia, improvisó comentarios y generó escenas que escaparon al guion tradicional. Invitó a fans a subir al escenario, bromeó sobre el amor y el desamor, y dejó espacio para que las historias personales emergieran sin forzarlas.

Uno de los momentos más significativos ocurrió durante “Hasta Ese Día”. Tras buscar entre el público a “la pareja más enamorada”, el artista invitó a dos asistentes a subir al escenario y les dedicó la canción. En ese mismo tramo del show, una propuesta de matrimonio sorprendió a la sala y fue recibida con aplausos sostenidos, sin énfasis ni espectacularización.
La escena no fue aislada. A lo largo del concierto, las parejas fueron protagonistas visibles: besos, abrazos, manos entrelazadas. Lasso pareció leer ese clima con precisión. “Lo más duro de terminar es que no podés odiar a esa persona”, dijo en uno de sus intercambios con el público, una frase que sintetizó el tono emocional de la noche.
El repertorio incluyó también “En Otra Vida”, interpretada junto a Yami Safdie, uno de los momentos más coreados del show. La canción funcionó como puente generacional y reafirmó la fuerte conexión del artista con el público argentino, donde el tema tuvo una amplia circulación digital.
Hacia el tramo final llegaron “Subtítulos”, “Bilingües”, “Diferente” y “Dios”. Antes de esta última, Lasso fue preciso: “Buenos Aires, esta canción está dedicada a Dios”. El comentario sumó una dimensión introspectiva a un show que nunca abandonó la cercanía emocional.

El cierre con “Ojos Marrones” encontró al Teatro Gran Rex de pie, cantando sin desborde. No hubo explosión final ni gestos grandilocuentes. El concierto terminó como había empezado: con una emoción compartida, contenida y profundamente humana.
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Lasso, una voz del pop latino contemporáneo
Lasso nació en Caracas y comenzó su carrera profesional como compositor, trabajando para distintos artistas del pop latino antes de consolidar su propio proyecto musical. Su debut discográfico, Sin Otro Sentido (2016), lo posicionó como una voz singular dentro del género, con una propuesta centrada en la narrativa emocional y una mirada íntima sobre los vínculos afectivos.
A lo largo de los años, el músico amplió su alcance con discos como "Cuatro Estaciones" y "Del Exilio Voluntario de una Mente Saturada", además de colaboraciones con artistas de la escena regional. Su crecimiento se reflejó tanto en plataformas digitales como en escenarios internacionales y festivales masivos. En 2025 lanzó Malcriado, su quinto álbum de estudio, un trabajo que profundiza su identidad artística y da nombre a la gira actual.