Chile se inclina por los políticos más radicalizados

Chile vive un fenómeno que se está repitiendo tanto en Latinoamérica como en algunas otras partes del mundo. Los electores dejan de lado a los candidatos moderados para votar a sectores más radicalizados, o que por lo menos así lo expresan en sus discursos, de la derecha y la izquierda.

Los sondeos para las elecciones del 16 de noviembre próximo en el país vecino muestran una creciente polarización entre dos propuestas: el discurso de seguridad y mano dura del ultraderechista José Antonio Kast y el de un reparto más equitativo de la comunista Jeannette Jara.

A diferencia de otras épocas, la representación del centro y la derecha moderada de Evelyn Matthei enfrenta desafíos para retener su espacio político en medio de un electorado desencantado.

Descontento popular. Un 62% de los chilenos evalúa la situación política como mala o muy mala y esto, según los analistas, favorece discursos extremos. 

El malestar con el gobierno de centroizquierda de Gabriel Boric es un condimento central de esta crisis.

El presidente tiene actualmente un 33% de aprobación, mientras que el 57% se muestra descontento con la forma en que lleva las riendas del país. 

Kast, del Partido Republicano, viene creciendo de la mano de la violencia delictiva de los últimos años, con un mensaje directo sobre la necesidad de cambiar las políticas de seguridad y aplicar medidas más duras.

Jara, una representante del Partido Comunista con mucho carisma, que ya no habla de “revolución” ni agita viejas banderas, articula un discurso sobre cohesión social y eficiencia estatal, marcando diferencias con Boric, pese a venir del riñón de la coalición de gobierno.

Hay un punto importante antes de ver las cifras de las encuestas. El sector progresista va en bloque a estos comicios, luego de una interna donde Jara ganó cómodamente. La derecha, en cambio, no tuvo interna y sus candidatos disputarán los cargos en las elecciones nacionales.

Tendencias. El último sondeo de la consultora Plaza Pública Cadem muestra un ascenso en la intención de voto de Kast y un leve descenso de Jara, quien lideraba hasta hace unos días las encuestas.

Actualmente Kast cuenta con una intención de voto del 30%, mientras que la dirigente comunista y exministra de Trabajo de Boric obtiene un 27%. En tercer lugar, con una diferencia importante, figura la centroderecha de Evelyn Matthei (14%).

Otro candidato de derecha, el economista Franco Parisi, alcanza el 11%. Y la figura disruptiva del libertario Johannes Kaiser, que dice querer instalar un gobierno como el de Javier Milei, oscila entre 3 y 5%. Más atrás quedan otros candidatos como Harold Mayne-Nicholls, Marco Enríquez Ominami y Eduardo Artés, que están entre 1 y 2%.

Propuestas y cambios. Jara, tras las primarias, se consolidó como la candidata única del progresismo, y consiguió el respaldo de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, que dieron un giro estratégico clave. 

La representante comunista propone un aumento progresivo del salario mínimo desde los actuales 529 mil pesos chilenos (aproximadamente 571 dólares) hasta uno de 750 mil pesos (unos 807 dólares). 

También apunta a una reforma tributaria progresiva destinada a subir los impuestos a sectores de mayores recursos e incrementar la inversión pública en áreas como infraestructura, educación, salud y tecnología.

Los economistas lo evalúan como una “propuesta de campaña”, dado que el país no está en su mejor momento. El endeudamiento fiscal alcanza el 41,7% del PBI y el crecimiento económico apenas ronda el 2%.

Jara, además, tiene que luchar contra un electorado muy conservador, poco amistoso con el Partido Comunista. Por eso su plan de gobierno se está centrando en medidas moderadas.

La dirigente busca despegarse, especialmente, de los sellos que arrastra el PC y de la mala imagen de algunos representantes de la supuesta izquierda en Latinoamérica, como Nicolás Maduro.

En el último debate dijo que iba a “conversar” con los que piensan “distinto”, incluso “con los que creen que aun cuando he dicho claramente que no vamos a expropiar cosas, insisten en que sí lo haríamos”. 

“Yo no soy Maduro ni soy Chávez como algunos tratan de caricaturizar. Soy una mujer chilena de tomo y lomo, que quiere que este país crezca, pero con una centralidad, que ese crecimiento le llegue a todas las mesas de las familias chilenas”, sostuvo. Pero aclaró: “Sé la estrechez del mercado, y habrá que hacer las cosas con debido tiempo y gradualidad”.

Kast, en tanto, habla de “reconstruir” Chile, dando por hecho que Boric lo destruyó. Se inclina por el ajuste fiscal y muestra un perfil agresivo en temas de seguridad, inmigración y criminalidad.

Aprovecha la ola de descontento con el masivo ingreso de inmigrantes en los últimos años, especialmente de venezolanos.

El escenario apunta a una primera vuelta muy fragmentada, con posibilidad de un balotaje a mediados de diciembre, ya que se espera que ningún candidato alcance el 50 % más uno.

Con este escenario, muchos se preguntan cómo se distribuirán los votos. Puntualmente si la derecha logrará aglutinar a los simpatizantes de todos sus candidatos, o si Jara podrá convencer a los sectores moderados.