INFORME

Más de un millón de pesos: lo que necesitó una familia chaqueña en julio para no caer en la pobreza

Un informe del ISEPCi reveló que en julio una familia tipo en el Gran Resistencia y Sáenz Peña necesitó $1,1 millón para no ser pobre. Las frutas y verduras lideraron los aumentos, con subas de hasta el 60% en la banana y más del 57% en la pera.

Góndola de Supermercado Foto: Cedoc

El costo de vida en el Gran Resistencia y Presidencia Roque Sáenz Peña volvió a pegar fuerte en julio. Según el relevamiento del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), una familia de cuatro integrantes requirió $1.110.000 para cubrir la Canasta Básica Total (CBT) y no ser considerada pobre.

El informe reflejó una suba mensual del 0,82% y un incremento interanual del 48,28%, lo que equivale a más de $360.000 adicionales respecto a julio de 2024. En cuanto a la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide el umbral de indigencia, el gasto mínimo ascendió a $486.844.

El rubro más golpeado: frutas y verduras

El sector verdulería registró los mayores aumentos, con un alza del 13,48% en comparación con junio. El gasto mensual en este rubro trepó a $89.571, casi $11.000 más que el mes anterior. Entre los productos con mayores subas se destacaron:

  • Banana: +60%, pasó de $1.500 a $2.400 el kilo.

  • Pera: +57,8%, de $1.900 a $3.000.

  • Mandarina: +33%, de $1.500 a $2.000.

  • Yogur firme: +29,1%, de $1.200 a $1.550.

  • Café (500 g): +28%, de $5.000 a $6.400.

En contraposición, otros rubros tuvieron leves bajas: el almacén retrocedió un 1,37% y la carnicería un 1,95%.

Patricia Lezcano, directora del ISEPCi, advirtió que los incrementos sostenidos en alimentos y tarifas impactan de lleno en los hogares: “Los ingresos no alcanzan para cubrir lo básico. Estamos hablando de casi cuatro salarios mínimos para no ser pobres, lo que hace que cada vez más familias tengan que reducir comidas o endeudarse para llegar a fin de mes”.

El estudio, realizado en comercios barriales de ambas ciudades, evidenció además un cambio en los hábitos de consumo: las familias dejaron de realizar compras grandes en supermercados y optan por adquirir productos de forma fraccionada en almacenes de cercanía.