escala en buenos aires

Oasis tuvo su reencuentro con el público argentino tras dieciséis años de ausencia

Es imposible haber medido en qué país, fuera de Inglaterra, tuvo mayor repercusión el anuncio del esperado regreso de Oasis a los escenarios. Pero Argentina disputaría sin dudas el segundo lugar. Si bien parece una obviedad que no deja de ser cierta, el público local tiene una magia especial. A eso se agrega una conexión que Liam y Noel Gallagher potenciaron con declaraciones referidas a este país, y al amor que les provoca Maradona y el fútbol. Al primer show que Oasis dio en Argentina en 1998, le siguieron otros tres. Al cierre de este edición, River Plate vibraba a la espera del show.

Hermanos en acción. Noel y Liam Gallagher vendieron los shows de sus giras en tiempo récord. En la Argentina tienen dos recitales: ayer viernes y esta noche. Foto: oasis ig.

El comienzo se cuenta en Supersonic, documental sobre Oasis: Noel, el hermano menor, era plomo de la banda de su hermano Liam. Un día, el menor le muestra una canción que había compuesto a la banda a la que le armaba el escenario y estos se quedan pasmados ante la belleza. Se trataba de Live forever, himno del grupo de Manchester y tercer track de Definitely maybe, lanzado en 1994. Hay una sensación de eternidad en este regreso, de núcleo narrativo que faltaba y que quizás traza un arco con un pasado remoto que se vuelve presente cada vez que suena alguna de esas canciones. O al menos eso se siente acá, por estos días. 

Locales. Argentina es uno de esos países que marcaron a Oasis. No sería exagerado afirmar que es el país que los hermanos Gallagher tienen más presente. En agosto último, consultado sobre el lugar en el que esperaba tocar durante la gira de reencuentro, Noel Gallagher no dudó en afirmar: “El estadio de River Plate”, que es donde al cierre de esta edición faltaban un par de horas para que el primero de sus dos shows en Argentina. Asimismo, hace unas semanas un usuario de X le escribió a Liam Gallagher: “Espero que estés listo para Argentina, amigo. Vamos a ver si podés manejarlo, ¿sí?”, a lo que el músico: “Ustedes no me asustan, yo soy Argentina”.

Conexión. Algo en el sonido, la actitud y posiblemente las letras conectó desde el principio con los rockeros argentinos. En el diagrama entra también el fútbol, de hecho ayer estuvieron de visita en la cancha de Boca, y ese cierto glamour desfachatado de ropa deportiva mezclada con los Beatles. Lo cierto es que su esperada venida a la Argentina ya se está palpitando. 

Al fervor por la llegada de Oasis hay que sumarle el poder de la nostalgia, una locomotora a la hora de movilizar masas. Esa sensación de que el pasado es un lugar seguro, en el que se fue feliz y al que vale la pena volver siempre que se pueda. Obviamente ese vínculo con lo que se ama puede celebrarse, pero también problematizarse. Puede pensarse en esa pregunta que formula Simon Reynolds en su libro Retromanía: “¿Puede ser que el peligro más grande para el futuro de nuestra cultura sea… su pasado?”. Porque puede existir cierto enamoramiento por lo que ya se sabe que funciona y, por lo tanto ha de ser bueno, que nos impide conectar con experiencias nuevas. Es posible que todos los retornos que se estuvieron viendo en el último tiempo tengan algo de eso. Pero también existe otro enfoque: podría citarse el mantra de El Eternauta que le dio la vuelta al mundo: “Lo viejo sirve, Juan”. 

Presente. El rock es técnica y eso implica tiempo. Hay bandas que tocan poco tiempo y logran sintetizar varias vidas de ensamble. Pero hay otras que encuentran su versión definitiva de grandes, luego de décadas de disciplina y constancia. Sería contradictorio ponderar eso precisamente en Oasis, banda que estuvo separada durante años y a la que parecía prácticamente imposible reunir. Pero también es cierto que los hermanos Gallagher no dejaron de tocar y profundizaron en sus relativos instrumentos, la guitarra y el canto.  

“Mis piernas se convirtieron en gelatina en la segunda canción”, contó Noel consultado sobre los ensayos de este regreso a los shows. Esta será la quinta visita de Oasis a la Argentina, antecedida por las de 1998, 2001, 2006 y 2009. Aquella última signó el final del grupo y este retorno se vio como un horizonte posible durante muchos años. Era absurda la insistencia en ni siquiera intentarlo. Un absurdo además de artístico, económico.