PROTAGONISTAS
otra forma de contar sucesos argentinos

Emiliano Maitía usa la historieta para narrar la historia

El 16 de junio de 1955 sucedió el mayor atentado contra civiles de la historia argentina proferido por militares: el bombardeo de la Plaza de Mayo, una masacre que dejó trescientas ocho víctimas fatales y una cantidad incierta de heridos que se estima entre ochocientos y mil doscientos. Fue un intento de golpe de Estado a Juan Domingo Perón organizado por una facción de la Marina. El episodio constituye un acontecimiento central de la narrativa de la resistencia peronista, pero a la vez ha sido socavado como si fuera un ataque que se le realizó exclusivamente al peronismo y no a la democracia.

Emiliano Maitía es uno de los responsables de Hotel de Ideas, editorial especializada en historietas originales, adaptaciones y títulos de temas varios. Maitía guionó una obra de reciente lanzamiento, Crónicas del bombardeo, historieta ilustrada por Federico Di Pila. Con ficción y rigurosidad histórica, ofrece un acercamiento a un hecho al que nunca le sobrará una narración.

Mirada. “Los cómics nos permiten muchas cosas a la hora de narrar que no se pueden hacer con tanta facilidad en otros lenguajes”, dice Maitía a PERFIL. “La interacción entre palabra e imagen, las manipulaciones del tiempo, la comunicación de ideas de forma gráfica o la posibilidad de mostrar en imágenes cosas como el bombardeo en sí, usando todo el impacto que puede otorgar un dibujo, cosa que de narrarse en cine implicaría una producción y gasto importantes”.

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—¿Durante la investigación para “Crónicas del bombardeo” te llevaste alguna sorpresa respecto a lo que ya sabías?

—Sí. Que el catolicismo no estaba tan presente como da a entender el contexto previo del bombardeo, con el enfrentamiento de Perón y la Iglesia, y la famosa inscripción del “Cristo vence” que las bombas y los aviones tenían pintados. También terminé de entender que buena parte de la masacre vino por el lado de la Infantería de Marina que disparó contra los civiles. Varias de las situaciones narradas están tomadas de testimonios de integrantes de la Marina que narran sus propias acciones o las de terceros.

—¿Pudiste acercarte a los porqués del golpe de 1955?

—Pienso que son múltiples, y que desde que ocurrió el bombardeo, el mismo gobierno de Perón, y hasta la población civil, no pudo ubicar el hecho en una zona clara de la narración histórica. Por eso Crónicas del bombardeo cierra con una cita de Estela de Carlotto, donde reflexiona sobre cómo los ciudadanos alojamos o no la posibilidad de repudiar un crimen, aunque no seamos víctimas directas. Y sobre las consecuencias que estas decisiones pueden tener a futuro.

—¿Cómo sentís que trató la historia el bombardeo?

—Es un episodio que despierta cierta resistencia a la lectura. Dependiendo de la época, se lo tapó o se lo narró con cierta distancia. El llamado liberalismo nacional parece tratar de ignorarlo, lo mismo que el radicalismo o el catolicismo; todos sectores cómplices o perpetradores. Ni hablar de la Marina, con su participación en posteriores golpes de Estado y dictaduras. El peronismo lo tiene como un episodio nodal de su historia, una antesala de lo que se llamó la resistencia.

—¿Cómo se lleva la historieta argentina con su propia tradición?

—Descansa en ella, al tiempo que la discute. Especialmente con el recuerdo de la época dorada de las revistas de historieta que atravesó buena parte del siglo XX. También existen numerosas ferias a nivel nacional donde es posible entrar en contacto con varias de las editoriales locales que ofrecen sus publicaciones.