Una nueva edición de BAFICI llegó a su fin, con un clima de regocijo –las cifras de espectadores y títulos superaron expectativas y ediciones anteriores– mezclado con la nostalgia de lo bueno que se termina.
Lo bueno es que esta 18° entrega del festival de cine que desde hace años es emblema en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dejó una marca bien alta que será difícil de superar a futuro.
En materia de los largometrajes que participaron en las competencias, grandes títulos se alzaron con los premios. Por un lado, La larga noche de Francisco Sanctis, de Andrea Testa y Francisco Márquez, recibió el premio a la Mejor película en la Competencia Oficial Internacional.
La película argentina es una adaptación de la novela homónima de Humberto Costantini, situada en Buenos Aires en 1977. Allí, un hombre recibe, en plena dictadura, la información del paradero de dos personas buscadas por los militares. Con esos datos, tiene la posibilidad de salvarlas, aunque eso implica arriesgar su propia vida. La trama intensa y el clima de presión que traspasa la pantalla hicieron que el jurado oficial, presidido por la actriz argentina Graciela Borges, la considerará la gran ganadora.
Premio especial recibió La noche, ópera prima dirigida y protagonizada por el actor Edgardo Castro, una exploración íntima de los bajos fondos porteños, donde seres frágiles y solitarios sienten la extrema necesidad de amor y compañía, en medio de orgías de sexo, cocaína, boliches de mala muerte, prostitución y travestis. Con escena de sexo explicito y una mirada dramatica, cada espectador presenció en la pantalla una realidad que rara vez se ve reflejada en el cine comercial.
El premio al Mejor Director fue para el egipcio Tamer El Said, por su filme In the last days of the city, con Menciones Especiales a John From, del portugués João Nicolau; y a Rosa Chumbe, del peruano Jonatan Relayze Chiang, cuya protagonista Liliana Trujillo obtuvo además el premio a la Mejor Actriz del festival.
En la Competencia Argentina, Primero, enero, de Darío Mascambroni, ganó como Mejor Película. Allí, Jorge, un hombre recién divorciado, prepara la última visita a la casa de las sierras antes de ponerla en venta; piensa compartir junto a su hijo Valentino una tradición familiar, aunque las diferencias entre padre e hijo salen pronto a la luz. En la misma sección, Raídos, de Diego Marcone, obtuvo una Mención Especial del jurado.
Los jurados de la Competencia Latinoamericana entregaron el premio a la Mejor Película a Inmortal, del colombiano Homer Etminani, un film impactante que hace reflexionar sobre la vida y la muerte. Además, hubo Mención Especial a La última navidad de Julius, del boliviano Edmundo Bejarano y el premio a la Mejor Dirección a la argentina María Aparicio, por su filme Las calles.
En Vanguardia y Género, el Mejor Cortometraje fue Vintage Print, del austríaco Siegfried Fruhauf y el Mejor Largometraje fue Bone Tomahawk, del estadounidense S. Craig Zahler. El ganador del Gran Premio fue Stand by for Tape Back-up, del británico Ross Sutherland. En la competencia de Derechos Humanos hubo Mención especial a Ombre della sera, de la italiana Valentina Esposito, mientras que le dio el Premio a la Mejor Película a A Maid for Each, del libanés Maher Abi Samra.
El corto Los días felices, de Agostina Guala, ganó el Primer Premio de la Competencia de Cortometrajes Argentinos, mientras que El mes del amigo, de Florencia Percia, obtuvo el Segundo Premio, Error 404, de Mariana Wainstein, ganó el Tercer Premio. Berlín, de Luciano Salerno, y Un ejercicio para no olvidar, de Gabriel Bosisio, recibieron menciones especiales.
Entre los premios no oficiales, la Mención Especial de Signis fue para el filme francés Le Novea, de Rudi Rosenberg, y el premio de la Asociación de Argentina de Autores de Fotografía Cinematográfica (ADF) fue para el belga Olivier Vanaschen, por su trabajo en la película Je me tue a le dire.
De la redacción de Perfil.com | Twitter: @hernangsoto