El primer ministro británico, Boris Johnson, está peleando con Europa por el brexit y enfrenta una creciente reacción negativa de su propio partido. También hay una rebelión sobre el futuro del Reino Unido, que parece empeorar.
Escocia se opone al proyecto de ley de mercado interior que ha provocado la disputa más reciente con la Unión Europea. El Gobierno de Johnson ha dicho que la legislación garantizará que no haya barreras al comercio entre diferentes regiones del Reino Unido. La administración de Edimburgo dice que invade los poderes ya cedidos a Escocia, como las normas alimentarias y de medio ambiente.
La líder escocesa, Nicola Sturgeon, llamó al plan una “abominación” y una “toma de poder brutal”, luego de publicarse el miércoles.
“Lucharemos con uñas y dientes contra este intento descarado de revertir la devolución del poder”, dijo Sturgeon.
El desafío inmediato de Johnson es rescatar las conversaciones comerciales sobre el brexit, después de que su Gobierno causara consternación en Bruselas al reconocer que el proyecto de ley violaría el derecho internacional al invalidar partes de un acuerdo con la Unión Europea. Pero los últimos desarrollos también podrían tener implicaciones existenciales para el Reino Unido que van más allá de cualquier relación con Europa.
Escocia reafirmó la semana pasada su intención de forzar otro referéndum sobre la independencia después de criticar la postura del Gobierno británico. La idea de separarse de Inglaterra ha ganado apoyo popular durante la pandemia de coronavirus y Sturgeon dijo la semana pasada que planeaba presentar una legislación en los próximos meses para una votación.
Mientras que el Reino Unido se ha negado a autorizar un referéndum, su Partido Nacional Escocés (SNP por sus siglas en inglés) a favor de la independencia parece estar rumbo a otra victoria en las elecciones al Parlamento escocés en mayo, y eso aumentaría la presión sobre Johnson.
Mientras tanto, el parlamento escocés, dominado por el SNP, no aprobará el proyecto de ley de mercado interior debido a que lo exige una convención en lugar de una ley. El Gobierno de Edimburgo teme que la legislación se apruebe como el acuerdo brexit, que sacó al Reino Unido de la Unión Europea.