El futuro de Braskem, uno de los principales activos del atribulado conglomerado brasileño Odebrecht, se encuentra actualmente en manos de un tribunal y ya comenzó una batalla judicial al respecto.
De acuerdo con el fallo de un juez, a bancos brasileños que contaban con acciones de la unidad petroquímica como garantía por préstamos a Odebrecht, se les impidió tomar posesión de ellas. Es una victoria para Odebrecht, que buscaba vender las acciones para obtener efectivo antes de solicitar protección judicial contra los acreedores el mes pasado.
El banco de desarrollo BNDES, el mayor acreedor de Odebrecht con 10.000 millones de reales (US$2.600 millones) en créditos, e Itaú Unibanco, con 4.000 millones de reales, apelarán a la decisión del juez, según personas con conocimiento del asunto. Conversaciones informales entre la compañía y sus acreedores comenzaron en paralelo al proceso judicial, señalaron las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato.
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El fallo del juez establece que cualquier iniciativa para vender o separar el capital de Braskem de los activos del conglomerado bajo protección contra la quiebra debe ser aprobada por el tribunal o por una reunión organizada de acreedores. Para que ocurra tal venta, es necesario crear una compañía de fines especiales que, de acuerdo con la ley brasileña, no es responsable de los pasivos de su compañía controladora, y transferir la participación de Odebrecht en Braskem a este vehículo.
Opciones de venta
Los acreedores bancarios, quienes legalmente son dueños de las acciones, tendrían que aceptar. Las instituciones financieras también tendrían que renunciar a un porcentaje del precio de venta de las acciones, de acuerdo con personas familiarizadas con el tema. Si se encuentra una solución, Odebrecht podría intentar vender las acciones a un comprador estratégico, inversionistas financieros o incluso en el mercado público, según fuentes conocedoras de las opciones de la compañía.
Representantes de Itaú, Braskem, BNDES y Odebrecht declinaron hacer comentarios.
El holding Odebrecht solicitó la mayor instancia de protección contra la quiebra en América Latina el 17 de junio, a través de la cual busca reestructurar 98.500 millones de reales (más de US$25.000 millones) en deuda, préstamos y garantías entre compañías. Unidades como Braskem y Odebrecht Engenharia e Construcao no forman parte de la reestructuración judicial.
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El conglomerado ha tenido problemas para recuperarse tras las consecuencias de la indagatoria sobre corrupción Lava Jato en Brasil. La investigación, que comenzó en 2014, paralizó a la industria de la construcción, ya que se les negó el acceso a proyectos públicos y ejecutivos fueron arrestados. Odebrecht pagó millones en multas en otros países latinoamericanos y su cartera de nuevos proyectos ha disminuido, lo que empeora la crisis de efectivo.
El grupo contrató a Lazard para que lo asesorara en la venta de su participación controladora de 38,3% en Braskem en un intento de recaudar efectivo para sobrevivir. Pero las conversaciones con LyondellBasell Industries, con sede en Houston, finalizaron el mes pasado después de más de un año de negociaciones. Lyondell sigue interesada en el activo y puede reabrir las negociaciones más adelante, pero solo cuando se resuelvan los problemas legales, dijeron personas familiarizadas con la situación.
Un representante de LyondellBasell señaló que la compañía no tiene planes de continuar explorando una transacción relacionada con Braskem en este momento.
La petrolera estatal Petrobras, el segundo mayor accionista de Braskem con un 36% de propiedad, también quiere vender su participación, informó el lunes el presidente ejecutivo de la empresa, Roberto Castello Branco.
