Argentina está dispuesta a seguir trabajando en un acuerdo para reestructurar su deuda si se rechaza una oferta que vence el viernes, dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El ministro declaró al diario argentino Clarín en una entrevista publicada el domingo que ve un entendimiento creciente con los tenedores de bonos antes de la fecha límite del 8 de mayo para la oferta que los grupos de acreedores ya criticaron.
Guzmán señaló que creía que el proceso en estos días había sido positivo, pero no suficiente y que el diálogo continuaría. El ministro añadió que si no hay un acuerdo el día 8, Argentina continuaría trabajando el tiempo que sea necesario para restablecer la sostenibilidad de la deuda.
Argentina presentó una oferta formal a los acreedores el 17 de abril para reestructurar una deuda de US$65.000 millones, pero los analistas prevén que los principales tenedores de bonos rechazarán la propuesta. Si no se llega a un acuerdo antes del 22 de mayo, cuando vence un período de gracia de 30 días para el pago de cupones de algunos bonos en dólares, el país entraría en incumplimiento.
Guzmán dijo que el país había informado al Club de París que no tenía “la capacidad” de pagar y que trataría de renegociar la deuda con el club de acreedores. El mes pasado, el presidente argentino Alberto Fernández dijo que Francia respaldaba una solicitud para retrasar un año un pago de US$2.100 millones en mayo al Club de París.
El ministro de Economía también dijo en la entrevista que la inflación en abril continuará disminuyendo y que el estímulo del Gobierno no estaba causando un fuerte impacto en los precios al consumidor.
En un artículo publicado por el Financial Times el domingo, Guzmán dijo que el país que había incumplido ocho veces en el pasado y que no podía permitirse pagar a los tenedores de bonos más que la oferta actual.
“En resumen, no estamos pidiendo a nuestros acreedores que pierdan, sino que ganen menos”, escribió Guzmán. “Forzar una mayor austeridad para pagar más no solo sería económicamente desastroso, sino también inaceptable política y moralmente y, en última instancia, insostenible”.