La muerte de dos turistas extranjeros en medio de una creciente ola de crímenes, hace temer a Costa Rica por el futuro de su economía que depende del turismo. La reputación del país más visitado de Centroamérica recibió un golpe a principios de mes cuando dos turistas extranjeras fueron asesinadas en el transcurso de dos días y una tercera fue violada una semana después.
Los crímenes ocurrieron cerca del Parque Nacional Tortuguero, donde una mujer de 31 años fue encontrada muerta con marcas de estrangulamiento alrededor de su cuello; y en la playa El Carmen en Santa Teresa, un popular lugar de vacaciones en la costa pacífica, donde una mujer de 25 años se ahogó cuando dos hombres la atacaron a ella y a un amigo.
Los asesinatos en Costa Rica han ido en aumento desde 2012, con una cifra récord de 603 personas muertas en 2017. Las autoridades pronostican un número aún mayor para este año. "Estamos muy preocupados, porque la situación que estamos presenciando es crítica", dijo la ministra de Turismo, María Amalia Revelo, después de que ocurrieron los crímenes. "A todos nos gustaría que hubiese más presencia policial, pero todos conocemos la situación fiscal del Gobierno".
Con una creciente brecha en el gasto fiscal, el turismo es la principal fuente de ingresos de Costa Rica. Se proyecta que su déficit fiscal alcanzará el 7,5 por ciento del PIB el 2019, el mayor en tres décadas. Cada año, el pago de intereses consume una mayor parte del presupuesto fiscal, debido a la dependencia del Gobierno de la deuda a corto plazo. Una reforma fiscal destinada a aumentar los ingresos está estancada en el Congreso.
Imagen dañada
Cerca de tres millones de turistas visitaron la nación centroamericana el año pasado, aproximadamente la mitad de ellos provenientes de Estados Unidos y Canadá, lo que aportó US$3.900 millones a la economía, según la cámara de turismo.
El crecimiento turístico comenzó a desacelerarse en 2017, cuando el número de visitantes estadounidenses disminuyó por primera vez desde 2009. "Ya se ha dañado la imagen del país", dijo el ministro de Seguridad Pública, Michael Soto.
El gobierno anunció que utilizará US$4 millones del Instituto Costarricense de Turismo para aumentar la presencia policial en zonas turísticas, realizar más "mega operativos” para atrapar delincuentes que atacan a viajeros y lanzar una aplicación de telefonía móvil para turistas que contiene información sobre delitos en áreas que planean visitar. "Estos incidentes nos enfurecen", dijo el presidente Carlos Alvarado, prometiendo trabajar intensamente para revertir la situación.
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