El retiro parcial de los aranceles a los metales que la Administración Trump impuso a Japón en su momento es el más reciente intento del Gobierno del presidente Joe Biden por enmendar las relaciones con un aliado importante y contrarrestar a una China cada vez más poderosa.
Biden heredó una red global de alianzas que había sido debilitada por el repetido cuestionamiento del expresidente Donald Trump de su valor para Estados Unidos, aunque muchos consideraban que tales vínculos eran cada vez más importantes, dada la creciente riqueza y poder militar de China.
“Primero, uno trata a los aliados como aliados”, dijo el embajador de EE.UU. en Japón, Rahm Emanuel, en una entrevista telefónica el martes. “En segundo lugar, se comienza a contribuir al ambiente y se apoya un sistema basado en reglas, reconociendo que fuerzas ajenas al mercado, como China, han causado estragos”.
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El acuerdo sobre los aranceles al acero llega en un momento en que EE.UU. busca redefinir su papel en la forma en que se elabora la política comercial en Asia luego del rechazo de Trump al Acuerdo de Asociación Transpacífico que su país alguna vez encabezó. Si bien China se unió al grupo de Asociación Económica Integral Regional, que es menos exigente, y ahora busca acceder al Acuerdo de Asociación Transpacífico, Biden hasta ahora ha proporcionado pocos detalles de un marco económico del Indo-Pacífico destinado a impulsar los lazos regionales.
Biden le hizo saber rápidamente a Japón que era una prioridad máxima, y envió a sus nuevos secretarios de Defensa y Relaciones Exteriores a Tokio como parte de su primera misión en el extranjero. El esfuerzo por estabilizar la marea se produjo después de que Trump puso a prueba al socio más poderoso de EE.UU. en Asia con amenazas de imponer más medidas punitivas a las exportaciones de automóviles de Japón, y exigir que pague hasta cinco veces más para albergar a tropas estadounidenses, acusando a la par a Tokio sobre temas de seguridad nacional.
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“El señor Biden y su grupo siempre han criticado la posición comercial de Donal Trump”, dijo Ichiro Fujisaki, exembajador japonés en EE.UU. “Así que creo que era hora de que comenzaran con las contramedidas”.
Emanuel, colaborador cercano de Biden y exalcalde de Chicago, llegó a Japón para asumir su cargo el mes pasado. Eso puso fin a un período de dos años y medio sin embajador tras la partida del aliado de Trump William Hagerty, quien luego fue elegido para el Senado de EE.UU.
Escoger a Emanuel, conocido por su estilo político de tono fuerte, generó preocupaciones en Japón. Pero desde que llegó a Tokio, ha recurrido a Twitter para mostrar el apoyo de EE.UU. a Japón en asuntos como la disputa territorial de larga data con Rusia, y ha publicado fotos de él con miembros de alto rango del gabinete japonés.