El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que la Administración del expresidente Donald Trump no hizo lo suficiente para contrarrestar los esfuerzos chinos para impulsar la recopilación de inteligencia en el extranjero después de descubrir que Pekín había estado operando una base de espionaje en Cuba desde 2019.
Blinken dijo que la Administración entrante de Biden fue informada en 2021 sobre los esfuerzos chinos para “proyectar y sostener el poder militar a una mayor distancia”, y que Estados Unidos se comprometió con otros Gobiernos para frenar el impulso de China en la recopilación de inteligencia. Aunque el jefe de la diplomacia estadounidense no hizo comentarios directos sobre la respuesta de EE.UU. a la instalación en Cuba, afirmó que los esfuerzos de los últimos años habían frenado las ambiciones de China.
“Nuestra valoración es que, a pesar de ser conscientes de los esfuerzos realizados y de algunos intentos de abordar el problema en la pasada Administración, no estábamos avanzando lo suficiente en esta cuestión y necesitábamos un enfoque más directo”, declaró Blinken a la prensa el lunes en una reunión informativa junto al ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani.
Las contradicciones de Estados Unidos sobre la base de espionaje china en Cuba
Las declaraciones de Blinken se produjeron después de que EE.UU. ofreciera respuestas contradictorias a un informe publicado la semana pasada por el Wall Street Journal, según el cual los Gobiernos chino y cubano habían acordado en secreto colocar instalaciones de espionaje chinas en Cuba. Después de descartar inicialmente el informe como “no exacto”, la Casa Blanca reconoció el sábado la existencia de las instalaciones, pero las calificó de parte de una presencia de inteligencia china de larga data que se amplió en 2019.
John Kirby, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional que desestimó el informe de un nuevo puesto de escucha en Cuba como falso, dijo el lunes que “fuimos tan comunicativos como deberíamos haber sido en el momento en que aparecieron las primeras historias” porque “la naturaleza sensible de esta información es tal que simplemente no podíamos entrar en más detalles”. Sostuvo que la comunidad de inteligencia accedió más tarde a permitirle confirmar que la base se instaló en 2019.
El relato de la Administración sobre la base ha dado lugar a un cúmulo de acusaciones y desmentidos. Cuba dijo que no existía tal instalación, y el lunes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, acusó a EE.UU. de difundir “información falsa” con la esperanza de causar una ruptura entre los “sinceros amigos” China y Cuba.
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En su cuenta de Truth Social, Trump culpó a Biden del puesto de escucha en Cuba.
“China acaba, efectivamente, de apoderarse de Cuba”, escribió. “¡Nunca habría ocurrido bajo la Administración Trump!”.
Cliff Sims, ex subdirector de inteligencia nacional bajo Trump, también cuestionó la afirmación de la Administración Biden. Acusó a la Casa Blanca de tratar de desviar la culpa.
“Si tal ‘base de espionaje’ existiera en 2019, se habría discutido en los niveles más altos”, escribió en un tuit. “No existió y no fue así”.
Blinken declinó ofrecer detalles sobre la estrategia de la Administración Biden para contrarrestar a China, aparte de decir que la diplomacia es un elemento clave. “Nos hemos puesto en contacto a alto nivel con los Gobiernos que están considerando albergar bases de la RPC”, dijo, refiriéndose a China por su nombre formal, la República Popular China. “Hemos intercambiado información con ellos. Nuestros expertos evalúan que nuestros esfuerzos diplomáticos han frenado este esfuerzo”.
ED
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