El colapso mortal de una presa de relaves de Vale SA en Brasil es un llamado de atención para una industria que regularmente reduce los costos gestionando sus desechos de la manera más barata posible. El lodo de roca molida y efluentes resultantes de la extracción de minerales comercializables del suelo se ha almacenado durante décadas en estanques masivos retenidos por diques o presas. Sin embargo, su seguridad depende en gran medida del diseño de los estanques y del costo de construirlos.
La presa de Vale SA que colapsó en Brasil la semana pasada y una presa que falló allí tres años antes fueron construidas sobre la marcha utilizando el método "ascendente", que es por mucho el más barato. Bajo esa técnica, la pared que contiene el estanque está construida principalmente de relaves y está diseñada para crecer a medida que se bombean más efluentes. Un método más costoso construye las paredes previamente y luego las aísla.
"Las personas pueden calcular de muchas maneras el costo de una falla", asegura Dirk van Zyl, profesor de ingeniería de minas en la Universidad de British Columbia. "No solo está el costo real en efectivo para la empresa, sino que también se abre toda la discusión de lo que vale una vida humana".
Esta semana, el sector minero se enfrentará cara a cara con las matemáticas. Según Bloomberg Intelligence, además de los 84 muertos y los 276 desaparecidos, Vale, el mayor productor de mineral de hierro del mundo, podría enfrentar daños por hasta US$7.000 millones por el desastre actual. Eso es más del doble del costo de US$3.300 millones en la empresa conjunta Samarco tras la caída de otra represa en Brasil en 2015.
Aunque aún no está claro qué causó la falla de la presa de la semana pasada, Vale informó el martes que desmantelará 10 presas de aguas arriba en los próximos tres años. En el caso de Samarco, el peor desastre ambiental de Brasil, la minera supuestamente ignoró las advertencias de riesgo potencial y alteró la estructura de la represa de manera inadecuada, en un intento por mantener altos los niveles de producción.
Algunos países ya abandonaron el método de estanque aguas arriba. Por ejemplo, en Chile, donde la minería es un pilar de la economía, no se derrumbaron represas de relaves grandes. En 1970, los estanques aguas arriba fueron prohibidos por ese país, que ha sufrido algunos de los terremotos más fuertes jamás registrados.
