El gobierno de la ciudad de Buenos Aires está cerca de aprobar una serie de reformas inmobiliarias que incluyen la eliminación del requisito de que los hogares tengan bidés y bañeras. Los códigos actuales, establecidos en 1943 y actualizados por última vez en 1977, estipulan que los bidés y bañeras deben construirse en todos los hogares. Se han convertido en un elemento cultural clásico en la capital argentina, ciudad de tres millones de habitantes que se aferra a sus raíces europeas.
El proyecto de ley pasó el primer obstáculo legislativo en septiembre y la votación final está programada para hoy jueves. Parlamentarios consideran la medida, entre otras cosas, una forma de modernizar una normativa obsoleta.
Eliminar los bidés y las bañeras es una de varias iniciativas que lleva a cabo el alcalde de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, con la idea de extender la presencia de la fuerza laboral en la capital. Pocos barrios se consideran zonas de uso mixto y producto de eso los trabajadores deben pasar horas cruzando la ciudad para llegar al centro, donde se encuentran las áreas comerciales y de oficinas. El plan de Larreta permitiría construir más edificios de oficinas en zonas residenciales.
Todos los días, la mayoría de los residentes de la ciudad se amontonan en autobuses, trenes y metro con destino al centro de Buenos Aires, una zona que suele estar abarrotada de gente. Es común en la hora punta esperar a que pasen dos o tres trenes del metro llenos antes de poder abordar uno.