Carlsberg A/S, la mayor cervecera de Rusia, y su rival Heineken NV planean vender sus negocios locales y salir del país a medida que las cerveceras se retiran tras la invasión a Ucrania.
La cervecera holandesa dijo el lunes que no espera obtener ganancias de la venta. Horas más tarde, Carlsberg anunció que había tomado “la difícil e inmediata decisión” de hacer lo mismo y abandonar Rusia, donde genera el 13% de sus ingresos. Las acciones subieron hasta un 8,3%.
Las cerveceras son el último sector en abandonar Rusia, siguiendo los pasos de las petroleras y los fabricantes de cigarrillos. Carlsberg ya había advertido a principios de este mes que la guerra estaba nublando sus perspectivas y retiró sus proyecciones financieras para el año.
La empresa danesa considera que vender el negocio y abandonar el país “es lo correcto en el entorno actual. Seguimos condenando enérgicamente la invasión rusa, que ha provocado tantas pérdidas de vidas, devastación y tragedias humanas”.
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A principios de este mes, Carlsberg dejó de invertir en Rusia y separó el negocio, llamado Baltika Breweries, para operar por separado del grupo.
Heineken, por su parte, espera que la venta genere un cargo por deterioro y cargos no monetarios de 400 millones de euros (US$438 millones). La empresa había dejado de vender su marca de cerveza insignia y suspendido todas las inversiones y exportaciones a Rusia, que tiene un mercado de cerveza de US$16.000 millones.
Sin embargo, la empresa dijo que continuará sus operaciones en Rusia para minimizar el riesgo de nacionalización, y se asegurará de que a los empleados locales se les pague hasta fin de año.
Anheuser-Busch InBev NV, el fabricante de Budweiser, se ha comprometido a renunciar a cualquier ganancia de las operaciones en Rusia, donde tiene una empresa conjunta con la compañía turca Anadolu Efes.